Si eres como el 99.99% de los Godínez, lo que menos quieres es leer sobre el más odiado día de la semana, sobre todo, ahora que es viernes y te puedes olvidar de todas las responsabilidades laborales. Sin embargo, te pedimos que no cierres esta nota y la leas hasta el final pues, en vez de hablar sobre la importancia de ser productivo desde que arranca la semana, te diremos por qué los lunes son horribles.
Antes que nada, debes saber que no se trata de una razón única, más bien es una suma de factores que influyen directamente en tu ánimo:
- Satisfacción. ¿Qué tanto disfrutas tu trabajo y estás comprometido con lo que haces? De acuerdo con los especialistas en capital humano, 9 de cada 10 personas no sienten una conexión con sus trabajos. Gracias a ello, viven desmotivados y llegado el domingo, la ansiedad se hace presente.
- Cambios. Diversos estudios señalan que el cambio de la paz y tranquilidad dominantes el fin de semana a el estrés y presiones del lunes es demasiado brusco. De hecho, la mayoría de las personas requiere varios días para que su mente se adapte a la idea de trabajar.
- Descanso. Si en vez de descansar y desconectarte del trabajo, el fin de semana te la pasas atendiendo pendientes o resolviendo problemas, ¿cómo se supone que tendrás energía para trabajar el lunes?
- Socialización. Tal vez te parezca raro, pero algunos científicos afirman que las mañanas de los lunes son deprimentes porque no se permite socializar en las oficinas. Al parecer, la interacción con otros seres humanos es una necesidad que data de la era de las cavernas.
- Sueño. ¿Eres de los que el fin de semana duerme de más para “recuperar” horas de sueño? Por mucho que lo disfrutes, este hábito confunde a tu cuerpo. Tu reloj biológico no sabe cuándo debe despertar y activarse, así que la mañana del lunes (cuando todo vuelve a la normalidad) estás siempre adormilado.
- Resaca. Los lunes estás “crudo” por los excesos del fin de semana, y no, no hablamos sólo de bebidas alcohólicas, sino de toda la comida que por lo regular no consumes.
Como puedes ver, no es tan difícil dejar de odiar los lunes. Sólo tienes que hacer algunas modificaciones a tus costumbres de fin de semana.
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