Lo que podemos aprender de la crisis – parte 2

Edgar Springall

Edgar SpringallPara poder entender en que consiste la aceptación de la situación en la que nos encontramos es importante entender el proceso neurobiológico del cerebro que causa que entremos en un estado de resistencia ante nuestros problemas.

Las cosas no son ni buenas ni malas, son lo que son, pero cuando percibimos algo como malo incurrimos en un error de significado o de interpretación de como vemos la vida. Al aceptar nuestros problemas no quiere decir que no busquemos cambiarlos pero si es importante no resistirlos ya que al resistirlos entramos en modo de resistencia donde no tenemos el poder creacional con el que contamos como característica de ser esencias divinas.

¿Cómo funciona el error de significado?

Vamos a suponer que 2 personas se suben a la montaña rusa y después de experimentarla a una le gusto y a la otra no. Cuál sería la diferencia entre las 2? A una le dio miedo y aprendió un significado negativo en donde difícilmente se subiría nuevamente y a la otra le pareció divertido ya que no se sintió insegura ni vulnerable.

El error de significado se da cuando nuestro cerbero nos produce una reacción de acuerdo a nuestra perspectiva de la vida. Nuestra perspectiva puede incluir varios factores: puede ser aprendida pero en general se traduce en miedos y sensación de vulnerabilidad.

Resistimos las cosas que nos dan miedo cuando pensamos que no las podemos superar.

La causa de resistir nuestros problemas es porque el cerebro nos engaña a pensar que somos seres débiles y vulnerables.

El proceso neurobiológico opera de la siguiente manera:

Sentimos dolor ante alguna circunstancia. Este puede ser físico o emocional. El dolor emocional utiliza la misma vía que el dolor físico por lo que el rechazo lo podemos esntir en el cuerpo como si fuera de vida o muerte: nos sentimos dañados por una circunstancia de vida.
Al no liberar el dolor se empiezan a experimentar varias emociones que funcionan como alertas de que el problema o situación en la que nos encontramos puede dañarnos en un futuro y que debemos actuar para asegurar nuestra supervivencia.
Si las emociones no se liberan se pueden convertir en más dolor y a su vez causan pensamientos compulsivos. Si no actuamos para resolver nuestros problemas nuestras emociones empeoran.
Al repetir los mismos pensamientos nos estresamos ya que creamos redes neuronales con significación negativa.
Al no saber qué hacer con lo que sentimos normalmente reaccionamos proyectando estos sentimientos con enojo, depresión o evasión y le echamos la culpa de cómo nos sentimos a algo o a alguien externo. Creamos un refuerzo de significado negativo  una vez que justificamos nuestras emociones negativas.

La predicción es justificar un estado mental negativo en vez de liberarlo.

El problema no es el que nos hace sufrir es nuestro pensamiento y la perspectiva que tenemos de él lo que nos causa el sufrimiento. La verdadera causa del sufrimiento humano es que el pensamiento  negativo causa dolor, no son nuestros problemas los que lo generan. Si logramos interiorizar esta frase, nos podemos volver inmunes al sufrimiento. La causa del sufrimiento no está afuera de nosotros si no en nuestros pensamientos.

Esto nos permite aceptar la realidad en la que nos encontramos al darnos cuenta de que nosotros somos los que controlamos nuestro sufrimiento. La clave de controlar estos pensamientos es entender que la esencia del pensamiento negativo no tiene nada que ver con la esencia de lo que somos.

No nos gusta aceptar la realidad cuando sentimos que esta nos hizo daño.

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