Lo que debes saber de las Posadas.

Georgette Rivera

 

“En nombre del cielo
os pido posada,
pues no puede andar
mi esposa amada…”

Estamos a unos días de la fecha en la que se celebrará la primera posada, esta fiesta popular reúne a un gran número de personas entre familiares, amigos y/o compañeros de trabajo y se lleva a cabo nueve días antes de la Navidad, del 16 al 24 de diciembre.
El motivo de las posadas es recordar la peregrinación de José y María desde Nazaret hasta que llegaron a Belén donde nació el niño Jesús.

 
Uno de los primeros evangelizadores Fray Agustino Diego Soria fue acreedor a la indulgencia del Papa Sixto V y por ese medio pudo realizar las nueve misas de aguinaldo días antes de celebrarse la Navidad. Desde sus inicios esta actividad se realizó en las iglesias y posteriormente al adquirir fuerza se trasladó a los barrios y casas, por lo que la música religiosa se sustituyó por cantos populares.

 
Los evangelizadores tuvieron a bien aprovechar esta situación y para facilitarles a los fieles y a quienes no lo eran la enseñanza de la Santa Iglesia Católica, realizaron representaciones de San José y La Virgen María en su trayecto de Nazaret a Belén donde tenían como cometido empadronarse en el censo que el emperador Cesar Augusto había ordenado. Las representaciones consisten en pedir alojamiento y se hacen patentes las dificultades por las que atraviesan en donde les es negado un lugar, hasta que finalmente encuentran un establo en Belén donde les permiten alojarse.

 
Una de las actividades que generan más entusiasmo en las posadas es el momento de romper la piñata, creemos que por tener múltiples colores y formas son de origen mexicano; sin embargo, su origen es asiático, las utilizaban en China para celebrar el Año Nuevo, y Marco Polo traslada esta tradición hasta Italia donde se adapta para las festividades de cuaresma y posteriormente llega a España y de allí se difunde a México.

 
En nuestro país la piñata es muy popular, se utilizó como una alegoría en el siglo XVI para evangelizar a los paganos en el nuevo mundo, en donde los siete picos de la estrella representan los siete pecados capitales, los colores llamativos y brillantes simbolizan la tentación. La piñata es entonces la fe ciega y la voluntad para acabar con los pecados, las frutas o caramelos dentro de ella son la riqueza del reino de los cielos, por lo que asumimos que todo aquello que está hecho con fe y desde la fe tiene la virtud de vencer al mal y recibir las recompensas del cielo.
Es tiempo de alegrarse, de tener otra perspectiva, de reunirnos con quieres creemos en las tradiciones y hacer de esos momentos una oportunidad para convivir desde la alegría, así que “Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino…”

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