Levanten la mano todos aquellos que, como yo, el pasado domingo se subieron al “trenecito” del Super Bowl; el evento más espectacular del mundo (dicho obvio por sus creadores, nuestros vecinos del norte).
Si bien no fue el más visto de la historia, de hecho se quedó por debajo de los dos anteriores, si registró la nada despreciable cantidad de 111.9 millones de espectadores. Cifra que bien quisieran muchos programas “estelares”, con horarios “estelares”, elencos “estelares” y nóminas “estelares” de nuestro México (¿¿lo dije o lo pensé??).
Y seguramente hasta el cansancio leyeron y escucharon las cifras que éste evento arroja a nivel mundial, cifras muy significativas. La que mas suena es aquella que se refiere a los comerciales de televisión: 5 millones de dólares (un poco más de 90 millones de pesos mexicanos), por 30 segundos de aire. Cantidad nada despreciable, aunque un poco alta creo, si es que tomamos en cuenta que más de uno corre por otra chela en cuanto empieza el corte, o peor aún, en cuanto pasa el “Súper Domingo” vas a internet a revisar los comerciales para juzgar la calidad, sí, todos somos expertos.
Pero más allá de esos números les quiero compartir unos que tienen que ver con la comida, sí, pizzas, alitas, hot dogs y toda la “comida” que entra en oferta conforme se acerca el día. ¿Ustedes sabían por ejemplo que durante el juego (3 horas aproximadamente) en Estados Unidos se consumen cerca de 9 millones de libras de guacamole?, sí, una botana por la que Donald Trump renegaría, es una de las más socorridas por los norteamericanos.
¿O qué tal las famosas alitas de pollo?, esas que en algunos lugares te traen en patines junto a las pechugas… de pollo también. Según el National Chicken Council ( Consejo Nacional del Pollo para los que estudiamos en escuela de gobierno) más de 1.3 billones de alas de pollo son parte del menú antes y durante el Súper Bowl.
Y ni hablar de la cerveza, si nos referimos a bebidas, esta es la favorita, ya que se consumen aproximadamente 325 millones de galones, es decir, casi un galón por cada habitante de los Estados Unidos, aquí es cuando lamentas que al día siguiente haya oficina.
Pero quiero profundizar aún más en nuestra numeralia; hay estadísticas que hablan de que el 7.7 por ciento de los aficionados a la NFL en la Unión Americana, adquirieron una televisión nueva para el juego, gastando entre 6mil y 136 mil pesos, bajo el pretexto de que querían ver perfectamente bien el evento.
Además de esto hay dos detalles que me llamaron sobremanera la atención, les diré “fenómenos sociales” por llamarlos de alguna manera, el primero es un estudio que dice que el 20% de los norteamericanos está dispuesto a perderse la boda de su mejor amigo o de algún miembro de su familia si ésta cae el mismo día del Súper Bowl. Y la segunda es que la audiencia femenina del “Súper Partido” sigue creciendo, un 42 por ciento de la audiencia fueron mujeres, es decir, unas 52 millones de féminas siguieron el juego más importante de la NFL; así que si alguien vuelve a decir que el futbol americano es un deporte de hombres, se pueden sentir con toda la libertad de refutar tal aseveración.
Este es un evento que paraliza a gran parte del mundo y que tiene una derrama económica súper importante. La mala noticia es que durante 7 meses no habrá nada de la NFL, la buena es que durante el América vs Chivas del fin de semana, también tendremos guacamole, cerveza y alitas.
MF