Todos aquellos que escribimos sobre el ámbito laboral y cómo triunfar en las entrevistas de trabajo solemos cometer un terrible error: enfocarnos en los candidatos. ¿Qué pasa con los reclutadores? En sus manos está elegir a la persona indicada para cumplir con los objetivos de la empresa, pero… ¿y si se equivoca?
La realidad es que hacer una mala contratación puede costarle a tu empresa tiempo y dinero, además de afectar la productividad y confianza del resto del equipo de trabajo. Así que, ¿cómo elegir a la persona indicada?
Aunque es cierto que debes prestar atención al perfil técnico de los candidatos, como reclutador debes considerar sus fortalezas, debilidades y posibles puntos de conflicto. Para obtener toda esta información cuentas con la herramienta perfecta: la entrevista de trabajo.
Lo único que tienes que hacer es formular las preguntas correctas. Aquí te damos unos ejemplos:
- Personalidad. Probablemente, tengas ante ti al candidato mejor calificado para desempeñar las funciones de la vacante a llenar, pero sus habilidades no servirán de nada si tiene una personalidad conflictiva. Puedes emplear estas preguntas: ¿qué es lo que más te apasiona en la vida? O ¿qué te motiva a levantarte por las mañanas?
- Sutileza. El o los candidatos no te dirán que tienen una personalidad difícil de sobrellevar, que tienen problemas con todo el mundo y son insufribles, así que tendrás que ser más ingenioso y sutil para descubrir quién es en realidad. Te sugerimos que le preguntes qué lo motivó a dejar sus trabajos anteriores. La forma en la que hable de sus antiguos jefes te dará una visión clara de su forma de ser y relacionarse con los demás.
- Preguntas abiertas. Para que el candidato pueda expresarse libremente, te recomendamos que hagas preguntas abiertas. Si te surgen dudas, espera a que termine de hablar y expónselas. En general, se recomienda que, en una entrevista de trabajo, el entrevistado lleve 80% del peso de la conversación y el reclutador 20% restante.
- Cambio de roles. El hecho de que seas el reclutador no implica que debas acaparar las preguntas, permite que los candidatos expresen sus dudas sobre la empresa, las funciones a realizar, etcétera. Esto te permitirá identificar qué tanto le interesa el trabajo, y qué tanto está ahí sólo por el sueldo.
No olvides que, como reclutador, la mitad de tu trabajo es corroborar que la información que los candidatos proporcionan es verdadera.