Justamente la tarde de domingo de ayer, paseaba por el Castillo de Chapultepec, tras largos años de pasar de filo sin visitarlo.
Ya estando arriba y después de haber visitado cada uno de sus espacios históricos y bellos jardínes, sin querer me topé con una fuente, de esas típicas circulares enormes a las que en antaño solían lanzarse monedas para pedir deseos.
Alrededor de la circunferencia de azulejos cubiertos en agua, miré como diferentes hileras de monedas brillaban tímidamente ante en sol aún de invierno y con gusto vi, que no sólo había niños echando sus deseos al aire, sino también adultos que emanaban fe, cerrando los ojos, dando un suspiro, creyendo en la posibilidad de que esos sueños se volvieran realidad.
Justo «El Concededor de Deseos«, me devolvió a esa imagen y ¡qué mejor que compartir esta corta historia sin antes preguntarte: qué tan despiert@ estás ante los milagros? ¿pides tus deseos con fe? o ¿sin fe para llevar?
Una historia en animación 3D de Kal Athannassov, John McDonald, Echo Wu y producida por el Ringling Collegue of Art and Design, que se ubica en un mundo donde los deseos son concedidos por seres míticos que viven bajo las fuentes y donde»El Concededor de Deseos» se ve obligado a recorrer cielo, mar y tierra, siendo la piedra angular para que se consuman y continúen con el ciclo buenondozo de la satisfacción.
Mira la magia que puede traer la buena voluntad y una gran vibra cuando echas tu suerte y preocupaciones al aire, sin pensar en más nada que vivir sabiendo que se harán realidad.
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