Hace unos días me quedé un tanto preocupada, pues una de mis amigas con un hijo ya adolescente y otro entrando ya a la juventud, me contó que a pesar de educar a sus hijos con mucho esmero y reglas firmes, la influencia de los amigos ha sido en ocasiones muy negativa y lamentablemente su comportamiento se ve afectado por esta situación, y es cuando ella y su esposo más avispados están para detectar cualquier anormalidad o actitud rara.
Resulta que su hijo más grande le comentó que al salir de antro con sus amigos, hacían competencias para ver quien se ligaba más niñas esa noche, cosa que no le asustó, pues a esa edad suele suceder; sin embargo, él se hizo de dos novias a las que cortó más adelante, por lo que ellas empezaron a llamarle y él optó por no contestarles; entonces sus amigos hicieron una apuesta, le dijeron que si lograba salir con las dos por 3 meses tratándolas fatal y con desplantes, él ganaría 2000 mil pesos, de lo contrario perdería y tendría que pagar a sus tres amigos. El tema es que se lo contó a su madre porque se sentía super mal por hacerle daño a estas muchachas sin razón, además de engañarlas; no obstante, que ambas se dieron cuenta y entonces se pelearon entre ellas y le habían dicho que decidiera con cuál de las dos quería estar; esto lo puso en una coyuntura muy difícil, pues ninguna le gustaba tanto como para seguir con ella y, lo peor del caso, es que la niña que en realidad le gustaba se enteró de todo y no quería volver a verlo ni a hablarle; así que este chico se deprimió mucho y se arrepintió de lo que hizo, a pesar de que sus amigos empezaron a burlarse de él y a decirle que no tenía pantalones.
La respuesta de mi amiga una vez que lo escuchó fue la siguiente: Vaya lío en el que te metiste, aquí te enseñamos a respetar, a no decir mentiras y a no engañarte a ti mismo, pero por seguirle la corriente a esos chavos terminaste haciéndote daño tú y a estas tres chicas, dos que no te interesan y una que sí, además de que no fuiste sincero contigo, te seguiste de filo con una meta que no tenía una causa justa y, por lo tanto, creíste que al hacer lo que los demás te pedían quedarías bien o serías ya muy maduro, y resulta que ha sido todo lo contrario; entonces fracasaste al darte cuenta que así no son las cosas, por eso debes escuchar primero lo que tu corazón te dice, no lo que la mente te dicta, si no, te puedes equivocar más y no lograrás tu objetivo. Pide perdón, habla con las que no te interesan y termina con ellas con la verdad; y con la que sí te gusta realmente, pídele una oportunidad para que sepa que sí te importa en serio y que no estás jugando; si acepta perfecto, si no, habrás aprendido la lección y entenderás que esos muchachos de amigos no tienen nada, pues ninguno que se diga tu amigo te hará hacer algo que lastime a otros.
De esta manera, mi amiga y su esposo arreglaron esta situación y pusieron más límites de los que antes tenían, y también consecuencias para su hijo, pues solo así lograrían que él recapacitara.
Si te encuentras en una circunstancia similar, recuerda que te pueden hacer aquello que estás haciendo, y que no hay marcha atrás cuando empiezan mal las cosas. Actúa siempre con la verdad.
Que tengas una bendecida semana.