Mamá: abraza tu imperfección

Adriana Carrillo

adriana_carrilloEste martes se celebró el día de la madre, y quisiera aprovechar este espacio para hablarle a la mujer más importante de nuestra vida: la que nos la dio.

Esta columna va para ti, que eres mamá. Algo que he notado en mi trabajo es la gran presión y el miedo que suelen sentir las madres con respecto a ese rol. La mayoría de las mamás que he tenido en consulta se sienten culpables, malas madres e insuficientes para sus hijos. Es como si desde que se enteraron de que iban a ser madres, automáticamente el botón de “tengo que ser una madre perfecta” se encendiera.

¿Y cómo no habría de encenderse? De un momento a otro se convierten en responsables de la vida de alguien más, de alguien que además en sus primero años de vida, depende completamente de ella y de su papá. Puedo imaginar perfecto el miedo de hacer algo que lastime física y emocionalmente a los hijos, y puedo entender por lo tanto, la culpa que sienten cuando se dan cuenta de que lo han hecho, y es que además esto no es negociable: si eres mamá, en algún punto vas a lastimar a tus hijos.

¿Por qué digo que ser mamá implica que lastimarás a tus hijos? Porque no eres perfecta, porque vas a cometer errores, y está bien que así sea. Es curioso, porque he notado que mientras más tratas de evitarles el dolor a tus hijos, es más probable que no disfrutes tu maternidad, y puede ser que como consecuencia, sin querer y sin intención, de hecho, los lastimes.

Si hay un consejo que pudiera darte sería el siguiente: abraza tu imperfección. Enséñales a tus hijos que está bien que no todo les tiene que salir perfecto, que algunas veces sus actos sin querer lastimarán a los otros y que tanto tú como ellos son imperfectos, y así como son, son bienvenidos. Se vale que como mamá a veces te sientas frustrada o arrepentida, es normal y válido. Se vale que a veces te enojes tanto que te haga cuestionarte si debiste o no haber sido madre, se vale que a veces te sientas resentida por no poder hacer otras cosas. También se vale disfrutar ser mamá, también tiene sus privilegios, date permiso de ser tú y de ser la mamá que está bien para ti ser. Tal vez si escucharas más a todas esas partes de ti puedas dejarles nuevas enseñanzas a tus hijos.

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