Cómo manejar la frustración en niños el Día de Reyes


¡Oh, sí, eran geniales y dorados aquellos días donde uno esperaba con ansia y emoción la llegada de los Reyes Magos! Sin duda un mar de emociones se paseaba por toda la sala, mientras nosotros permanecíamos en cama, imaginando qué traerían.

Ahora quienes tienen chamacos seguramente pasan por toda esa espera y alegría de poner las cartas en el árbol, previo al armado de la lista donde seguramente le dicen a sus chavitos que se midan pues Melchor, Gaspar y Baltazar tienen más juguetes por repartir.

Llega la bendita mañana del 6 de enero y ¡chin!, a uno de los chamaquitos no le gustan varios de los presentes que le trajeron los Reyes y arma un fandangazo. ¿Qué hacer en esos momentos?

 

¿Cómo manejar la frustración?

Recurre a la vieja técnica en la que fueron amoldadas varias generaciones ¡la mirada de águila!, adviértele al chamaco en cuestión que a los Reyes su trabajo les costó llevarle esos juguetes como para que los ande aventando.

 

La neta

Peeeero ya en serio puedes enseñarle a manejar esa frustración de la mejor manera, ya que muchos de los sentimientos que vayan desarrollando a lo largo de su infancia, serán los que guíen su vida adulta.

El aguante

Si el berrinche persiste, no dudes en echarle esa mirada número 45 para que le vaya pensando si le sigue, aunque no olvides que la lección esencial, suave y hermosa (en serio), que es la de mostrarle el camino a la tolerancia (ya sin el chascarrillo de la mirada), pues una vez aprendida le permitirá disfrutar su vida de manera positiva ante las situaciones buenas y no tanto que se le vayan presentando.

¿Aplica el chanclazo?

Cuando todas tus preventivas y consejos fallen en tu intento por calmar la frustración de tu chavito, o el osito de peluche salga volando, lo que le seguiría ¿sería un buen chanclazo?

 

Posiblemente, pues la chancla como lo han comprobado miles de madres mexicanas es el método infalible para aplacar y erradicar a cualquier remedo e intento de pequeñín frustrado.

Sin embargo, lo mejor será enseñarle a tu morro o morra que la frustración es un estado pasajero y una oportunidad para afrontar problemas con la mejor actitud.

Un buen cierre

Y ya finalmente si todo esto no funciona, recógele sus chivas, no sin antes enseñarle que la manera en la que reaccione ante hechos que no son de su agrado, le ayudarán siempre sin importar si la situación es negativa o positiva; muéstrale cómo un manejo positivo de la frustración le dará chance de tener mejor relación con los demás, favorecerá su entorno y hará que se desarrolle de manera óptima.

Y no olvides que se predica con el ejemplo 😉

 

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