¿Qué tanto es tantito? Siempre me pregunto esto cuando alguien me pregunta «¿masturbarme «mucho» está mal?». Primero, tendrías que empezar por definir cuánto es mucho… porque hay para quien una vez al día es un exceso y para quien cuando se exceden de 7 al día, empiezan a creer que tal vez sea demasiado.
Entonces, bajo qué parámetro medimos esto ¡Muy sencillo! Depende de cada persona y siempre y cuando no te haga sentir mal, no vaya en detrimento de tu autoestima –sino todo lo contrario- y no te impida seguir con tu vida regular… ¡No hay delito qué perseguir!
Esto aplica igual para hombres y mujeres. Hago esta aclaración, porque mucha gente cree que funcionamos MUY diferente y no; de hecho, somos bastante parecidos.
La masturbación también nos gusta a las mujeres y no, no es un premio de consolación para cuando no tenemos pareja.
Tu ¿qué tanto te masturbas? ¿Alguna vez has sentido que lo haces demasiado? Es una duda muy común y es que –de hecho-, la mayoría de nosotros, tenemos temporadas. Dado que el deseo sexual no es estático, sino que está en constante movimiento… fluctuamos entre períodos de mucha calentura, en los que buscamos cualquier lugar –baños públicos, el cubículo de la oficina o el automóvil (aprovechando el tránsito de esta ciudad)- para masturbarnos e intentar ponerle remedio al calor que nos atormenta y períodos donde –a veces- incluso, nos sentimos materia inerte; sin ganas de nada, donde no importa qué pase, no da flojera siquiera el pensarlo. Por supuesto, pasando por temporadas o momentos, donde mi calentura está presente, pero no hago ebullición con tan sólo una mirada… necesito un poco más de trabajo.
Todo es perfectamente natural, así que si estás pasando o has pasado por momentos así, no te preocupes… aprovecha la ola cuando viene y disfruta también de la paz y la tranquilidad del mar cuando está tranquilo.
Ahora bien -así te masturbes una vez al mes o menos-, si cuando lo haces, te sientes mal, te invade la culpa, te abruman las sensaciones y no sabes qué hacer con ellas… se vale pedir apoyo. La sexualidad –idealmente- valdría la pena disfrutarla, si esto no está ocurriendo, estás en todo tu derecho de pedir la ayuda necesaria para que así sea. Te mereces el placer, el goce y el disfrute en tu vida… bien vale la pena ir por ellos.