Febrero 2017
Me iba de viaje con mis mejores amigas para despedir la soltería de una de ellas, el destino: Cuba.
Mi esposo y familia me apoyó al 100% con el cuidado y atención para Paula durante mi ausencia. Confieso que iba nerviosa, cansada, feliz, poco angustiada y hasta inquieta y cargue con mi tiraleche eléctrico como parte indispensable de mi viaje, ya que tenía que usarlo cada 3 horas para qué no perdiera la producción de leche…
Aquí el punto no es contarles sobre mi valentía para dejar a mi cría de 8 meses sin mamá, bien aprehensiva verdad jajaja, aquí el punto es expresar mi asombro y admiración hacía mis amigas y sus cuerpos, si, así como lo leen.
En una de esas noches de ociosidad, decidieron comenzar una pasarela improvisada de trajes de baño ya que al otro día teníamos sesión de fotos con la novia en la playa y comenzaron a salir bikinis, trikinis, trajes completos, con flecos, con olanes etc. Cada una comenzó a “presumir” su más reciente adquisición para la ocasión especial, yo desde la cama acostada y callada, las veía y solo sacaba una sonrisita, pero mi cabeza daba mil vueltas pensando: ¡¡que hermosas son!! Con todo y sus repetidos comentarios como: las bubis me llegan al piso, estoy bien gorda, mis nuevas bubis quedaron separadas, si tuviera menos panza, si fuera más alta, tengo celulitis, si tuviera menos cadera etc… Así como desfilaban muchos trajes de baño también sonaban una y otra vez todo tipo de comentarios hiriendo a sus cuerpos.
Mientras esto pasaba, yo reflexione que cada una de ellas es perfecta con sus defectos y atributos, que la belleza va más allá de unas buenas pompas, bubis o abdomen plano. Mis amigas vienen en todas las presentaciones, hay bajitas, delgaditas, gordibuenas, altas, medio altas, nalgonas, pelo increíble etc., y quiero que sepan que no necesitan todo lo que mencionaron en su “desfile”, que les sobra o falta, así como están son hermosas, fuertes, inteligentes, divertidas, asombrosas y sobre todo UNICAS, nunca se comparen con nadie y valórense tan cuál son.
Hubo un caso en específico que me dejo helada, una de ellas, se notaba muy insegura, no le veía forma a nada en ella y constantemente se comparaba con otras personas, aquí la sorpresa es que en la actualidad ya es otra, cambio su forma de pensar y actuar, tiene pensamientos positivos, se acepta y se quiere plenamente, cuida con lupa su dieta, claro de la mano de un profesional y realiza diariamente un entrenamiento especial para ella, para su complexión, para sus necesidades y está FELIZ. ¿En qué momento despertó esa mujer segura y fregona? no lo sé, pero ahora se quiere, se valora, se siente guapa y lo transmite a flor de piel, sigue así amiga, que brillas y brillas tan lindo.
No sé si esta reflexión la hubiera hecho sin ser mamá, no me cabe duda de que después de serlo, te das la oportunidad de querer y valorar profundamente, que gracias a él, sí, a tu cuerpo lograste crear vida y que no importa si no pareces modelo de Instagram, lo importante es que lo reconozcas, cuides y honres por el simple hecho de poder despertar cada mañana, ponerte de pie, caminar, correr, abrazar, respirar…
A todas las mujeres, quiéranse, así son bellas y los estándares de belleza con solo eso “estándares”, rómpanlos e impongan los suyos.
Ideas que ayudan:
Aquí mis recomendaciones para darle un Sí a tu cuerpo y disfrutar el camino:
- ¡Nunca te compares con nadie, eres único! Que flojera que todos estuviéramos hechos con el mismo molde
- Valora el que tengas tus extremidades, ¡tus sentidos bien despiertos, que puedas valerte por ti mismo!
- Si no te gusta algo, ponte en movimiento y no te quedes esperando un milagro, no existen
- Ríete de tus defectos y si lo haces con amigas es más divertido
- Échale porras a aquellas personas que les cuesta trabajo quererse un poco y aceptarse
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