¿Necesitas relajarte o ser más creativo? ¡Usa los anclajes!

Pamela Jean

P_JEAN_Nueva¿Has oído hablar sobre los anclajes?

Anclaje es un término que se utiliza en la Programación Neurolingüística (PNL) para referirse a la asociación que nuestro cerebro hace entre una emoción y un estímulo sensorial —cualquier cosa que percibimos a través de nuestros sentidos—, o una representación sensorial —una visualización o creación de nuestra mente­—.

Se refiere básicamente a los reflejos condicionados o condicionales que el fisiólogo ruso, Iván Pávlov, descubrió a principio de los años 1900.

¿Te acuerdas de su experimento con un perrito y su salivación?

Pávlov le acercaba al perro un plato de alimento y éste salivaba, posteriormente tocaba una campana o diapasón cuando le presentaba el alimento, hasta que el cerebro del perro asoció el sonido de la campana (que en este caso sería el estímulo) con el proceso de salivación (es decir, la emoción o reacción fisiológica). Más tarde, el perro salivaba aún sin alimentos, simplemente con escuchar el repicar de la campana (aún cuando no existe realmente una lógica directa entre el proceso de salivación y el sonido del instrumento). ¡Increíble, ¿verdad?!

Bueno, pues los seres humanos creamos este tipo de asociaciones TODO EL TIEMPO.

Por ejemplo, con la música. Escuchamos esa canción una y otra vez en el antro en verano con nuestros amigotes, estamos en estado de éxtasis emocional, felices como lombrices. Pero, ¿qué pasa? Termina el verano, regresamos a clases o al trabajo y, un lunes cualquiera, a las 8am, aparece esa canción en la radio. ¡En ese instante sentimos como regresa la emoción a nuestro cuerpo, nuestro gesto cambia, esbozamos una sonrisa, tomamos el teléfono y en estado de éxtasis le marcamos a “esa persona” y pegamos el celular a la bocina para compartirle nuestra emoción. Eso, señoras y señores, es un anclaje en acción. En el instante en que escuchamos la rola de nuevo, se activa la asociación estímulo sensorial-reacción fisiológica que teníamos grabada en la memoria y entonces, decimos, se activa el ancla. Lo mismo pasa cuando nuestro ser amado nos dedica una canción: en ese momento la escuchamos invadidos de dopamina, serotonina y oxitocina —neurotransmisores que liberamos al enamorarnos— mismos que asociamos a la rola en cuestión, para después reactivar dichas emociones cada vez que la volvemos a oír, propiciando un enamoramiento continuo y constante.

Otro ejemplo son los amuletos de la suerte. Nos los colgamos o amarramos esperando que sus cualidades mágicas ejerzan un efecto sobrenatural en nuestras capacidades físicas o psíquicas, eso genera en nosotros una sensación de seguridad al sentirnos acompañados y protegidos; dicho estado de seguridad naturalmente afecta nuestra actitud y ésta, nuestros resultados. En efecto, ¡nos va increíble!

Así que asociamos esa sensación de seguridad y éxito al amuleto. ¿Y qué pasa? Pues que cada vez que lo sacamos de su caja y nos disponemos a utilizarlo, nuestro cuerpo dispara el ancla y eleva nuestros niveles de testosterona y endorfinas —hormonas que nos hacen sentir tranquilos, empoderados y seguros— así que nuestros resultados vuelven a ser maravillosos. ¡El amuleto sirve gracias a los anclajes! Y claro, si tiene propiedades energéticas, magnéticas, etc. por sí mismo, pues eso también hará su parte. Y sirve aún más si nos lo proporciona una persona a quien veneramos, admiramos o en quien creemos, pues eso influye en nuestra capacidad de confiar que en verdad funciona. Así que, los amuletos son mágicos efectivamente, pero más que nada, gracias a este proceso fisiológico del condicionamiento.

¿Y cómo aprovechar los anclajes para dormir mejor, relajarnos o tener un mejor desempeño y concentración al estar en el trabajo? Es increíblemente fácil y te apuesto a que nunca lo habías pensado de esta manera.

¡Crea rituales! En serio… De esta forma, a través de la repetición, le ayudas a tu mente a asociar los estímulos olfativos, visuales, auditivos, gustativos y kinestésicos o táctiles correspondientes a cada ritual, con la reacción física o emocional que buscas. Llegará un momento en que solamente bastará con iniciar el ritual para que todas las reacciones se desencadenen de forma automática, es decir, se generará una sinestesia.

Por ejemplo.

¿Quieres relajarte y conciliar el sueño?

Elige un estímulo por cada sentido. Un tipo de iluminación o ciertos colores únicamente en tu habitación, un aroma específico, bebe un té de un sabor especial que tengas predispuesto solamente para relajarte o dormir, diseña una playlist que te relaje con las mismas 10 canciones siempre, usa una pijama con una textura distinta a los pants que usas el domingo, elije una postura única: acostado.

Esto quiere decir que cuando te dispones a dormir, no debes confundir a tu mente con ningún otro estímulo que implique estrés, trabajo, actividad mental, etc. Saca de tu cuarto la computadora, de preferencia la TV, no veas las noticias mientras estás acostado ni tampoco leas o trabajes sobre tu cama, pues al hacerlo, tu mente tardará varios minutos u horas en determinar si lo que quieres activar en ese momento es el sistema operativo que te permita aprender, resolver o dormir. Déjale claro, a través de la repetición, que ese es el ritual de dormir. Más adelante verás como con solo activar algunos de esos estímulos, tu mente empezará a producir melatonina y a relajarte.

¿Quieres concentrarte mejor en el trabajo?

Rodéate de estímulos únicos y especiales, de la misma forma que en el ejemplo anterior, crea tu ritual de concentración. Yo, por ejemplo, para inspirarme y echar a andar procesos creativos, prendo una vela azul —que, según la psicología del color, favorece la comunicación y la innovación—, prendo una fuente, pongo música clásica (distinta a la que uso para meditar o dormir), enciendo un incienso de lavanda con bergamota —que según la aromaterapia, activa las ideas— y me siento cómodamente en mi oficina (no en la sala ni en el comedor ni en un café).

Y así, puedes crear un ritual para cada estado deseado:

-Conexión espiritual

-Creatividad

-Romanticismo

-Concentración (si tienes hijos, enséñales esto y crea un ambiente especial en donde se sientan a hacer la tarea).

-Seguridad personal

Impleméntalo en tu casa y en tus espacios de trabajo, para agilizar las dinámicas y lograr más y mejores resultados.

¡Hasta el próximo viernes chat@! Si tienes cualquier duda sobre como utilizar los anclajes, puedes contactarme en mis redes sociales:

Twitter: @PamJeanZ

FB: Pamela Jean

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