El otro día me encontré en una situación en la cual una persona que conozco dijo “Yo la verdad es que no creo en la psicología”. En ese momento no le presté atención al comentario, no pensé que fuera una idea común, sin embargo, han pasado algunos días y me he estado dando cuenta de que muchas personas “no creen” en la psicología. Me gustaría que esta columna se trate de cómo no se puede “no creer” en la psicología, es una ciencia, en la cual se aplica el método científico en investigaciones relacionadas con el comportamiento humano.
La psicología es el estudio científico de la conducta y experiencias, de cómo los seres humanos sienten, piensan, aprenden y se conocen para adaptarse al entorno. Los primeros en escribir sobre psicología como tal fueron Platón y Aristóteles. Ellos se preguntaban cosas como: ¿Nacen personas con ciertas habilidades más desarrolladas que otras? o ¿Cómo es que el individuo llega a conocer el mundo que lo rodea? Muchos filósofos han realizado importantes aportaciones a la psicología, desde Descartes con su propuesta para entender el funcionamiento de la mente, hasta los empiristas británicos Hobbes y Locke que resaltan la importancia de los sentidos al momento de adquirir conocimiento. Y sí, las aportaciones teóricas son importantes al momento de desarrollar una ciencia, pero yo les dije que además se realizaban investigaciones basadas en el método científico. Pues en efecto, el primer laboratorio de psicología experimental fue fundado en 1879 (relativamente reciente) en la ciudad de Leipzig, Alemania por un fisiólogo con el nombre de Wilhelm Wundt. Otro psicólogo, Johannes Müller, trataba de relacionar la experiencia sensorial con las actividades del sistema nervioso (¿cool, no?).
No me quiero extender mucho, pero es muy complicado resumir lo que vi en tres materias durante mi primer semestre de la carrera en un artículo que, seamos honestos, si es más largo de una cuartilla comienza a dar flojera leerlo. Así que los últimos académicos que mencionaré son aquellos que aportaron al cuidado de los enfermos mentales, de aquí viene el más famoso, Sigmund Freud, padre del psicoanálisis (¿la teoría que dice que a los 6 años quieres matar a tu papá porque estas enamorado de tu mamá?, sip, esa mera). La gran aportación de Freud fue su método de investigación y tratamiento porque éste le permitió a otros individuos como Skinner (padre del conductismo) o Ellis (padre de la terapia TREC) abrirse paso para proponer distintos métodos según las necesidades del cliente o enfermo.
La realidad es que me falta un largo camino por recorrer, todavía no tengo claridad sobre la causa de que la psicología hoy en día se pueda clasificar como una religión para que la gente “no crea” en ella. Lo que sí puedo hacer como un estudiante de esta disciplina con tres años de experiencia en el campo laboral, es intentar romper con ese paradigma. A pesar de que sí hay estafadores y fraudes como en cualquier carrera, hay gente en formación académica por más de 8 o 10 años para proporcionar los cuidados de una sesión psicoterapéutica.
Roberto Niño de Rivera