Muchas mujeres tienden a ser conservadoras y tímidas en el tema del sexo, esto ha sido una consecuencia de la educación machista y religiosa de nuestro país, las féminas tienden a esconder sus sentimientos y a evitar sensaciones placenteras, por ello, se dice que viven más “para el dolor, que para el placer”. Esto dificulta la labor de un hombre para dar paso al arte amatorio, sobre todo, cuando se preguntan: ¿Cómo saber si esta dispuesta a tener sexo?.
Esta timidez está fundada en el imaginario cultural de varias generaciones, por ejemplo, que ningún hombre toma en serio a una mujer que le pide sexo, o se ve mal que ellas inicien el cortejo, para terminar haciendo el amor. Nuestras influencias culturales y psicológicas determinan el modo en que amamos y deseamos, por fortuna son más las chicas que se animan a enfrentar los prejuicios, romper los tabúes, ahora tienen otra actitud, más liberada y se sienten más seguras para hacer lo que quieran.
Las mujeres son sumamente emocionales, se sienten más unidas, enamoradas y protectoras a un hombre, cuando éste comparte con ellas sus sentimientos más íntimos, en cambio los hombres manifiestan su interés sexual, cuando hay excitación (obviamente cuando hay pene erecto), ven el sexo como un medio ideal para desahogarse, y para reunirse con la almohada.
El hombre debe ser paciente y reconocer el momento adecuado, para que ella sea quien de el paso adelante, el cuerpo tiene su propio código que complementa con el lenguaje corporal, mientras las palabras dicen una cosa, los gestos pueden decir otra diferente. Dejar que la mujer fluya, tome la batuta, muestre interés, deguste su libertad y autonomía, les brindará a la pareja una conexión erótica y efectiva, así como placer sexual garantizado.
Ya no es necesario comprar una brújula o hacer una encuesta, para saber cuando la mujer está dispuesta a tener sexo, sólo tienes que leer algunos ejemplos, que te darán una idea de cuando ella esta con todo para la acción y la diversión, toma nota:
Empieza hablar de sexo, busca el arrumaco, frota sus piernas con las de él, acaricia su muslo, lo besa apasionadamente, acepta tomar más copas de alcohol, lo recibe con baño de burbujas, inicia el juego de la seducción, le demuestra más afecto, observa cada movimiento que realiza su hombre y le guiñe un ojo en señal de coqueteo, prende algunas velas, lo mira fijamente a los ojos y mantiene su mirada, enciende la chimenea, lo recibe en casa con ropa sexy, al momento de la cena le da la comida en la boca, le brinda caricias sexuales, le muerde la oreja o le chupa los labios, al momento de ir a la cama se pone un camisón sexy, pone música suave y cachonda, erotiza el ambiente con aromas, programa una película erótica, convierte en un ritual la cena, envía mensajitos calientes durante el día, inventa un código sexual, compra juguetes sexuales, susurra palabras dulces al oído, envía video llamada, fotografías por mensaje o graba un mensaje erótico de voz, le coloca una panty en el portafolio con un recadito “mira lo que te espera en la noche”, le brinda un masaje, lo invita a bailar, entre muchas otras cosas más.
Es importante apoyar la iniciativa femenina, dejar que saque la parte fuerte, inventiva, creativa y dinámica, para encontrar expresión en el acto, que le permitirá al hombre experimentar el placer de recibir y ser el objeto de deseo de ella.