Si te viste cantando a todo pulmón como la D´Alessio o ¡peor aún!, diciéndole a tu pareja: «ya no siento nada al hacerlo contigo», ¡aquí te hacemos el paro!
¿Rutina?
Ni el Sneakers te la quita, gooooey.
Acá lo que sabe, es aplicarse y si por más que has dado a tu querer o detalle y por más que te ha dado, no más de cuates quedan y la llama, ya se volvió flamita ¡es hora de soltarte el pelo!
¿Cómo dar felicidad, si no eres feliz?
Recuerda que nadie es dueño de tu felicidad, más que tú mism@, pues es una chamba que se trabaja desde dentro y que ninguna persona te puede dar.
Claro, ya sabemos que tu estás hablando de sexo y es que de alguna forma, viene siendo lo mismo o, como bien dijeran nuestras abuelas: «La misma gata, pero revolcada».
Y ¿si lo que necesito es justo un buen revolcón?
Es hora de preguntarte si estás con la persona indicada y si en tu fuego, deseos y ansiedades esa persona aún tiene chance de despertar gemidos en lugar de suspiros de ¿frustración? en tu cama y por supuesto ¿qué te dice el corazón?, ¿qué te comprueba la piel, tu piel? ¡Ésa nunca miente!
Ser infiel ¿la solución?
A veces rayar otros cuadernos, podría ser la solución ¡o el armado de una bomba atómica que termine estallándote en las manos!
Analiza bien tus sentimientos y tu situación, pues si además de rutina, tu relación sólo te ofrece problemas o tristezas, podrías tomar en cuenta posibles terapias, en las que a ambos se les ayude a desarrollar nuevas maneras de vivirse como individuos y como pareja.
Acá en IDEAS QUE AYUDAN contamos con una súper bomba de colaboradores como Edelmira Cárdenas, quien te puede echar la mano para romper barreras y hablar de ese tema delicado en relación al pobre sexo que estás experimentando con tu pareja, o con nuestras también sexólogas de cabecera como Irene Torices o Alessia Di Bari y la bandita de Evolución Terapeútica para que te asesoren y te ayuden a balancear esos sentimientos hechos un desmadre sexual y sentimental.
Date un break
Ya sea que quieras aventarte a romper de plano con la relación, a echarte la famosa canita al aire o inclusive a la opción chida de ir a terapia, ten siempre en mente la primera frase de esta nota: no puedes hacer feliz a nadie, si tu mism@ no lo eres.
Y si a tí lo que menos te importa es ser feliz, si no «batirte», pues date, pero tomando en cuenta cómo te sentirás:
Sexualmente: ¿Tienes claro si sólo te involucrarás sexualmente? ¿habría emociones en ello?
Emocionalmente: ¿te darías a una nueva pareja sólo de manera pasajera? Después de eso ¿podrías regresar a tu relación habitual como después de una buenas vacaciones y sin broncas ni culpas?
No es cuestión de azotarse, es cuestión de evaluar qué es lo que realmente quieres para tí y tu vida y si lo que sientes es pasajero o es momento de emprender nuevos vuelos, a pesar de las consecuencias, del miedo y de los cambios.
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