El día de ayer recibí un mensaje en Facebook de José Iván, desesperado, como es el caso de muchos jóvenes que se encuentran en el terrible círculo vicioso de: NO ME DAN TRABAJO PORQUE NO TENGO EXPERIENCIA, PERO NO TENGO EXPERIENCIA ¡PORQUE NO ME DAN TRABAJO! Así que, por él y por todos mis queridos ninis al borde de la histeria, aquí van algunas ideas que ayudan y que definitivamente serán tus grandes aliadas en la consecución de ese añorado empleo.
- Recuerda que no vas a PEDIR trabajo sino a OFRECER soluciones. Cámbiate el chip. Empieza por investigar sobre la empresa a la que vas, cuáles son su misión, visión y valores; cuál es su status actual, sus retos y dificultades. Si tienes un infiltrado dentro de la empresa, invítalo a tomar un café y agárralo a tehuacanazos… bueno, ehem… por lo menos pídele que te cuente todo lo que deberías saber para llegar bien preparado. Si no tienes un investigador interno, entonces internet será tu mejor compañero de viaje. Créeme, que te hayas tomado el tiempo para investigar sobre la empresa hablará muy bien de ti pues demostrará cuán importante es trabajar para ellos. Los reclutadores tendrán muy presente el principio de reciprocidad y pensarán: “si somos importantes para él, él es importante para nosotros”.
- Ahora que ya sabes qué necesita la empresa, pregúntate: ¿Qué tengo yo, entre mis cualidades, valores y capacidades, que pudieran servir para ayudar a este empresa a seguir creciendo o para solucionar alguno de sus conflictos desde el puesto al cual aspiro?. Con base en eso, arma tu CV y tu propuesta.
- Ok, no tienes experiencia en ese rubro específico, ¡no es el fin del mundo! Seguramente, a menos de que seas un baquetón completo, tienes experiencia trabajando en equipo en otros contextos, liderando grupos en algún momento de tu vida, solucionando problemas, generando ideas, planeando estrategias, etc. Lo que quiero decirte es que utilices la experiencia que sí tienes (aunque no sea haciendo exactamente lo que harás ahora) y le hagas ver al reclutador cómo esa experiencia puede significar una ganancia en esta ocasión.
Por ejemplo: durante sus años de adolescente, Manuel trabajó en un campamento planeando dinámicas para niños pequeños, cuidándolos, coordinando grupos, entreteniéndolos. Terminando la prepa abandonó esta práctica y entró a estudiar Turismo a la Universidad. Cuando tuvo que aplicar para entrar a trabajar a un hotel, Manuel se sentía apanicado pues evidentemente su experiencia trabajando en complejos turísticos era prácticamente nula, ¡pero su experiencia trabajando, coordinando y tratando gente era muy basta!
Así que decidió enfocarse en las siguientes competencias y capacidades:
-Gran habilidad para trabajar en equipo e, incluso, coordinarlos.
-Sensibilidad y empatía en el trato con clientes y colegas.
-Gusto por servir y cuidar a sus clientes.
-Estilo ameno y entretenido al trato.
-Habilidad para comunicarse de manera asertiva.
-Buen manejo del inglés (ya que los campamentos recibían personas de todo el mundo).
-Gran facilidad para aprender y resolver problemas.
De pronto Manuel se había convertido en un excelente candidato para el hotel y no tuvo que mentir ni tantito al hablar sobre su experiencia y sus cualidades.
- Te resultará sorprendente saber que, según el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (Inide), ECOP 2014 y la Fundación Universia, las empresas dan mucho peso a habilidades que difícilmente encuentran en quienes van a las entrevistas de trabajo y, dichas habilidades, no tienen mucho que ver con la experiencia así que pueden ser tu carta fuerte:
a) Hablar y escribir muy bien un segundo idioma.
b) Resolver problemas abstractos: estructurar y organizar pensamientos para desarrollar una conclusión. (Te recomiendo el libro: Acertijos de Pensamiento Lateral de Michael Voldosina y Cómo Pensar Como Einstein de Scott Thorpe.)
c) Una buena comunicación oral. (Necesitas venir a los talleres que imparto sobre Comunicación Asertiva, Lenguaje Persuasivo y Oratoria: lenguajepersuasivo.com)
d) Una buena comunicación escrita, excelente ortografía y redacción. (Hay miles de manuales para trabajar en ello, pero a mí me sirvió mucho el libro Curso de Redacción para Escritores y Periodistas de Beatriz Escalante, pues contiene teoría y ejercicios muy útiles).
e) Puntualidad. Sí, ¡increíble!
f) Sentido de la responsabilidad y compromiso: ser proactivo y entregar antes de la fecha indicada, ofrecer un plus o valor agregado, dar más de lo que se espera de ti. Eficiencia.
g) Capacidad de síntesis de la información, pensamiento lógico y ágil.
- Además, según Ivonne Vargas en su libro ¡Contrátame!, hay otros factores que atraen al empleador:
a) Cultura general.
b) Habilidades para interrelacionarte: es decir, para comunicarte con otros y construir en equipo, saber escuchar, argumentar de manera clara y lógica, capacidad de negociar y resolución de conflictos. Además, hablar eficazmente en público. (Una vez más, mi mero mole, ¡¿qué esperas para contactarme?!).
c) Innovación y emprendimiento.
d) Imagen personal: vestimenta, lenguaje corporal, manejo de la voz, proyección, modales, ética, trato, aspecto físico.
e) Inteligencia emocional: tener una buena actitud y un equilibrio emocional, automotivación, capacidad para generar empatía, atención al detalle, analizan tu apego a procedimientos, metas a largo plazo, relaciones profesionales sanas. ¡Por favor evita hablar mal de tu anterior jefe o compañeros de trabajo! Pues solamente hablarás mal de ti. Evita traer tus problemas de casa al trabajo y viceversa, puedes platicarlos pero que no afecten tu rendimiento, eso es también ser inteligente emocionalmente.
¿Ves? ¡Hay una esperanza, una luz al final del camino! La realidad es que si has ido a cientos de entrevistas de trabajo y de plano no la haces, muy probablemente no sea por tu falta de experiencia, sino por no haberte sabido vender. Con estas ideas, tienes ya varios Ases bajo la manga, ¡no dudes en usarlos!