Todos hemos oído éste aforismo, pero ¿Qué tanto lo entendemos y más aún, qué tanto lo practicamos? En este mundo moderno y su ritmo vertiginoso, nos hemos vuelto cada vez más individualistas, nuestra atención generalmente está en lo qué dicen los demás de nosotros, en nosotros y criticando al prójimo. Justo por eso creemos que los demás también hablan de nosotros. Casi nadie conoce a sus vecinos o saben sus nombres, ni hablar del cartero o toda la gente que nos presta algún servicio. Antes la gente se saludaban de nombre y sabías que contabas con la ayuda de tu cuadra.
Yo sé que los tiempos han cambiado, que somos más personas y que estamos muy ocupados pero dicen, que «lo cortés no quita lo valiente». Me asombra que la mayoría de la gente ni siquiera hace contacto visual, cada quien va inmerso en sus pensamientos, que generalmente son de preocupación, como su nombre lo indica, es «pre» ocuparse antes de tiempo e imaginan todo lo que no quieren que les pase. Sin ver lo que está pasando afuera. ¡Mi hija se sorprende al verme saludar a la gente en la calle, decirles buenos días, buenas tardes y si están comiendo provecho, cuando no me contestan o me ven con cara de rara! No todos, obvio muchos me sonríen y me saludan. Pero creo, que se nos están olvidando los modales y sobre todo el estar presentes donde estemos y tomar en cuenta las necesidades de los demás. Todos los seres humanos queremos lo mismo, ser amados, reconocidos, apreciados y tomados en cuenta. Una buena forma es dando lo que nos gustaría recibir.
No es rollo, el ayudar, el ser útiles y poner nuestra atención en los demás, nos da un gran sentimiento de bienestar y nos ayuda a aquietar la mente y dejar de pensar tonterías. Hay otro aforismo hermosísimo que dice «Yo soy tú, así como tú eres él, así como él soy Yo, porque Yo soy el que es.» Esto quiere decir, que en esencia todos somos lo mismo, tenemos un sentido de separatividad que es pura apariencia. Cuando pensamos en los demás y somos considerados y amorosos con ellos, la vida nos lo devuelve. No hay que hacerlo por eso, pero es bien sabido que lo que siembras cosechas o que todo efecto siempre regresa a su causa.
Te invito a conscientemente hacer algo de servicio comunitario, escoge una asociación o grupo, igualmente ya das dinero a alguna causa, pero qué tal si también donas un poco de tu tiempo, pruébalo y verás qué bien se siente. Puedes empezar escuchando a los que están cerca de ti, la gente con la que trabajas, estudias o los que trabajan para ti, involúcrate con ellos y échales una mano amiga, cuando la necesiten. Haz el bien, sin mirar a quien!
Te quiere Martha Sánchez Navarro