Quizás alguna de las siguientes afirmaciones te parezca familiar:
- “No iré a la fiesta, total, hace mucho que no nos vemos”.
- “Me saldré del grupo pues no tengo nada que decir.”
- “No pasa nada si no voy a la reunión pues irá mucha gente, ni siquiera notarán que no fui.”
Si alguna te pareció conocida, felicidades, formas parte del selecto grupo que nos cuesta trabajo ver nuestro impacto en el mundo.
Hace poco mis amigos de la secundaria hicieron un grupo en WhatsApp para ponernos de acuerdo con una reunión que queremos hacer, y literal han estado agregando a todos los miembros de la generación. Fue padre enterarme de gente que hace años no sabía nada de ellos. También me di cuenta que me había olvidado de otros.
Y cómo suele pasar en todos los grupos de WhatsApp, después de un rato, sin decir nada, gente comenzó a salirse del grupo.
Noté que a muchos nos confundía y a otros les ponía triste la reacción de los que se salían del grupo. Y comencé a notar que en la forma de hacerlo, el mensaje que recibimos era “no me importan”; sin embargo, pude ver que en parte varios de los que se salieron no notan que tienen un impacto en nosotros.
A mí me ha pasado, no he ido a reuniones o he dejado de hablar con gente por pensar que en realidad mi presencia no es notoria y algunos se han acercado a decirme que mis acciones los lastimaron. Noté que en mi no darme cuenta que si alguien me invita a una reunión es porque me quiere ver, yo también me mando el mensaje de no ser importante o valiosa.
A veces dejamos de hacer cosas desde ese lugar, aunque no nos demos cuenta. ¿Cuántas veces has dejado de hacer algo o ir con alguien porque al final no eres tan importante?
Algunos tips que a mi me han servido para empezar a ver mi impacto en los demás son:
- Si no quieres ir a una reunión en particular, pregunta si para quien te invitó es importante que vayas.
- Pídele a la gente cercana que te digan lo que le aportas a sus vidas.
- Pregúntale a la gente cómo afecta tu ausencia.