Después de varios meses de compartir la habitación con tu bebé, tenerlo en tu cama es una costumbre a la que no puedes renunciar fácilmente. Sobre todo, porque si se despierta o llora en la noche, es más fácil atenderlo.
Sin embargo, no todo mundo cree que sea buena idea el que los pequeños duerman con sus padres. Al aparecer, compartir la cama con ellos no sólo pone en peligro sus vidas, sino que entorpece su desarrollo emocional.
Lo cierto es que existen voces a favor y en contra de esta práctica, por lo que sólo tú puedes decidir si duermes o no con tus pequeños. Para facilitarte la tarea, aquí te dejamos algunos aspectos a considerar:
VENTAJAS
- Practicidad. Tal como lo mencionamos arriba, compartir la cama con tu hijo facilita su cuidado, sobre todo si aún es muy pequeño. Puedes amamantarlo sin tener que moverte, y es posible que lo consueles si llora o que controles cualquier reacción inesperada.
- Ansiedad. Si el pequeño duerme a tu lado será más difícil que se despierte llorando o que sufras de insomnio por no saber si está bien.
- Oxitocina. Mientras más tiempo estés con tu hijo, mayor será tu producción de oxitocina. La llamada hormona de la felicidad beneficia la producción de leche y fortalece el vínculo entre madre e hijo.
DESVENTAJAS
- Sofocación. Mientras más pequeño sea el niño, mayor es el riesgo de que se asfixie con las sábanas o las almohadas. Además, de que existe la posibilidad de que tu pareja o tú lo sofoquen mientras duermen.
- Independencia. Cuanto más tiempo duerma contigo, le será más difícil acostumbrarse a dormir solo. No creemos que quieras que quieras seguir compartiendo la cama con un niño de dos o tres años. Recuerda que todos necesitamos nuestro espacio.
- Pareja. El hecho de que tu hijo comparta la cama con ustedes reducirá las posibilidades de que tengan relaciones sexuales. Ten presente que fortalecer el vínculo madre e hijo es tan importante como reforzar tu relación de pareja.
Como puedes darte cuenta, permitir que tu hijo duerma contigo puede ser tan bueno o tan malo como lo permitas. Al final de camino, sólo tú puedes decidir qué es lo mejor para ustedes.
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