Sonríe a esos dias del pasado radiantes, no sólo regreses al pasado flagelándote, no regreses a ese pasado cortándote las venas, “No llores porque han pasado los dias radiantes, sino alégrate porque alguna vez fueron»…
El pasado es inalterable. Inalterable tanto en esos dias nefastos y difíciles, como en esos instantes o momentos alegres y radiantes, ¿cómo poder borrar la existencia de todo el amor y cariño que has recibido de tus padres?, ¿podrá alguien borrar esos instantes ya pasados?, aun en la enfermedad mental como es el Alzheimer, esos instantes no podrán ser borrados.
El pasado es y será verdad siempre, pero depende de ti en todo momento, qué hacer con esos momentos tanto difíciles como bellos. Depende de ti , agradecer que hayan existido, ¿quién o qué puede destruir el sentido que se ha hecho realidad en la vida de un hombre?
Este pasado nadie lo puede transformar porque queda guardado en la verdad eterna. Debemos de alegrarnos porque este pasado ha existido, una persona puede llorar en la tumba de su madre, puede pasarse la vida eternamente sufriendo y reclamándole a la vida por que ha muerto su madre, o decide en todo momento agradecerle a la vida porque le permitió tener a esa madre amorosa por tantos años. La elección es tuya en todo momento.
A la muerte incluso debemos de agradecer en lugar de reclamarle, por la enseñanza de que somos seres finitos y que hay que vivir ahora en este instante, no mañana, no ayer, sino hoy, y que por lo tanto tenemos que agradecer a este pasado en todo momento; que se logró vivir esos instantes.
Agradece al pasado y a la vida poder ver todos los obsequios que se nos han entregado.
Sonríele a la vida y a la muerte ambas son enseñan a ser felices.