MAMÁ PRIMERIZA: Que todo te sorprende, que todo se te complica y siempre te preguntas si estarás haciendo las cosas bien.
MAMÁ DE UN BEBE RECIEN NACIDO: Por el agotamiento de despertar 4 veces a medianoche, por la mezcla de dolor y placer al amamantar a tu chiquito y por la depresión postparto que te trae loca.
MAMÁ DE UN INFANTE: Que necesitas una gran agilidad física para aguantarle el paso y una gran agilidad mental para responder a todos los ¿POR QUÉ?
MAMÁ DE UN PUBERTO: Que un día tenías un niño encantador y al otro te encuentras con un extraterrestre con el cual no te puedes comunicar. Que al verlo bebé te dices “me lo como” y ahora te preguntas ¿¿por qué no me lo comí??
MAMÁ DE UN ADOLESCENTE: Que necesitas una capa blindada para aguantar las miradas de odio, las palabras insultantes y los desplantes por elegir estar con sus amigos. Y que tomas diez tazas de café para esperar despierta a que regrese de la fiesta.
MAMÁ DE UN JOVEN ADULTO: Que le pide diariamente a Dios lo guie en su camino y que tome buenas decisiones, pues tú ya no puedes decidir por ellos.
MAMÁ DE HIJOS INDEPENDIENTES: Que tienes que enfrentar el “síndrome del nido vacío” y cuando casi te acostumbras a él, los tienes en casa de regreso o no los sacas de ahí todos los fines de semana.
MAMÁ DE HIJOS QUE YA NO ESTAN: Que no entiendes por qué las leyes naturales se brincan y la vida se los lleva primero a ellos.
MAMÁS DE HIJOS SECUESTRADOS Y LASTIMADOS: Que nunca van a encontrar alguna respuesta a tanta maldad e injusticia.
MAMÁ QUE NO SUPISTE SERLO: Porque no quisiste o porque no pudiste. Porque nadie te enseñó a amar. Porque la vida en algún momento te dará otra oportunidad y deseo que esa vez la tomes.
A todas las mamás por esa capacidad de amor, sacrificio y entrega. Que Dios nos bendiga en cada día, cada etapa y en cada prueba.
Que la maternidad nos siga dando súper poderes para ser esa heroína que al verse en del espejo se sienta orgullosa de realizar el papel más valioso e importante de una sociedad…. SER MAM