“Ningún arte traspasa nuestra consciencia y toca directamente nuestras emociones, profundizando en los oscuros habitáculos de nuestras almas, como lo hace el cine.” (Ingmar Bergman, Director de cine)
Existen películas que impactan y cambia la perspectiva de nuestras vidas. Algunas escenas nos permiten comprender ciertas etapas de nuestra vida; cuantas comedias nos han ayudado a reír y salir de un momento desagradable, esto se debe a que al ver una película, inconscientemente nos reflejamos y proyectamos en los personajes de esta.
El cine puede tener grandes beneficios psicológicos. Nos llena de vitalidad, expone nuestros miedos, nos ayuda a enfocar mejor nuestros problemas, pose una función catártica; nos refleja, nos motiva, nos divierte, nos hace llorar, alimenta nuestra creatividad, saca a la luz nuestras actitudes negativas, nos provoca reflexión, nos ayuda en la pérdida y nos invita a ser mejores seres humanos y parecernos a sus personajes principales.
Durante mi vida en algunos momentos he visto películas que me han marcado, que me han inspirado y apoyado a pasar por momentos difíciles mas fortalecido. Películas que viven en lo más profundo de mi ser, algunas de ellas me ayudaron a formar mi personalidad y mis películas preferidas incluso las he visto multitud de veces. Que maravillosa aportación a hecho a la humanidad el buen cine.
Agradezco desde lo más profundo de mi ser a todos los genios creativos que crearon joyas como: “Cinema Paradiso”, “La vida es bella”, “En busca de la felicidad”, “Érase una vez en América”, “La sociedad de los poetas muertos”, “Corazón valiente”, “Don Juan de Marco” y muchas, muchas más…
Como olvidar ese día en el que muy joven acompañado de mis amigos entré a una sala de cine sin saber que mi vida sería impactada de manera determinante por la película que estaba a punto de ver. Se apaga la luz e inicia “La sociedad de los poetas muertos”. Esta me ayudo a despertar y a cuestionarme qué estaba haciendo con mi vida. “CARPE DI EM” estas palabras resuenan en mi consciencia “VIVE LA VIDA”. Esta obra me inspiro a compartir el conocimiento de manera apasionada con el mayor número de personas posibles, a amar el arte, a amar la vida.
Imposible olvidar al Gran Don Juan de Marco. Cimbró mi vida, me llevó a hacerme preguntas trascendentes. Me convirtió en un amante apasionado de la vida ¡Que bello, que mágico!
Me llevo a preguntarme: ¿Quién soy yo? ¿Soy un estudiante, un trabajador, un hijo, un padre, un deportista, un licenciado? ¿Quién soy yo? La respuesta a esta pregunta nos da como resultado una máscara, así que yo decidiré cual es la máscara que portaré en esta gran película que es la vida y buscaré ser feliz y vivir de manera congruente con ella, “Porque yo señor, yo soy Don Juan de Marco y soy feliz de ser Don Juan de Marco ¿Y usted?”
Jamás olvidaré las maravillosas palabras de este personaje Mítico.
Existen cuatro preguntas que un ser humano debe hacerse en la vida:
- ¿De qué está hecho el universo?
- ¿De qué esta hecho el ser humano?
- ¿Por qué vale la pena vivir?
- ¿Por qué vale la pena morir?
La respuesta a estas cuatro preguntas es la misma: El Amor.
Y por último quiero compartirles el título de una obra de arte que me sacudió y me marcó de por vida, “Cinema Paradiso” Guión y Dirección de Giussepe Tornatore y la obra musical de un monstruo sagrado del cine, Ennio Morricone es fuera de serie ¡Que Gigante de Película! La he visto más de 10 veces a través de mi vida, ¿Cómo olvidar al entrañable TOTO? Vemos tres etapas de su vida, vemos al niño, al joven y al adulto. La película comienza con este niño maravilloso que te atrapa y te encanta, el tiempo pasa y de pronto nos cambian al niño por un joven y nos entristecemos ya que quisiéramos seguir viendo más de este sensacional pequeño, pero conforme transcurre la película este joven sensacional nos enamora con su magia y por último aparece el adulto al cual terminaremos amando. Esta bella película está llena de altos valores: Amor, Pasión, Lealtad, Compromiso, Valentía y Libertad.
Es un poema que te hipnotiza, llena de imágenes inolvidables que quedan tatuadas en la mente. Como olvidar bello Alfredo, el cual a falta de su padre se convierte en la imagen paterna para TOTTO; un maravilloso padre que educa, reprende, ama y cree profundamente en su gran potencial.
Esta maravillosa obra nos muestra continuamente el paso del tiempo y la impermanéncia de todo lo que experimentamos y la importancia de ser valientes y lanzarnos tras nuestro destino, rompiendo con las ataduras que puedan impedir el que despertemos nuestro máximo potencial.
Es por esto y muchas cosas más que puedo decir:
¡AMO EL CINE! ¡QUE VIVA EL CINE!