«Cuando era niña, mi padre era muy estricto conmigo y con mis hermanas, le daba mayores preferencias a mis hermanos por ser hombres y a nosotras ni siquiera se nos permitía salir con nuestras amigas, crecí con miedo y rencor a mi padre, pues cualquier error era motivo de regaños o de pretexto para ser castigada o golpeada. Al paso de los años aproveché una ocasión para decirle cómo me hacía sentir su forma de pensar, tuvimos una larga conversación que salió mal y dejé de hablarle un tiempo, pasaron muchos años para tener la oportunidad de volver a hablar, lo perdoné y me sentí liberada. Desde luego, trato de ser mejor con mis hijos y no repetir los mismos patrones».
El perdón debe ser con aprendizaje
Una buena forma de perdonar es aprender también de lo ocurrido, el perdón libera, es cierto, pero también debe ayudarte a aprender a no cometer los mismos errores. Cuando te dicen perdona y olvida se refiere a no guardar rencor, es decir perdonar de forma genuina. Pero cuando te dicen que debes aprender, es tener en mente tus errores o los errores de quien te hizo daño para no volver a cometerlos, en otras palabras, adquirir una enseñanza.
Mejora tus relaciones
Posiblemente guardes un poco de rencor por las palizas o los malos tratos hacia tu padre, muchos hijos deciden conservar un odio muy dentro de sí que cargar por muchos años. Perdonar y olvidar te ayudará a liberarte, a ser más feliz y a mejorar la relación con tus padres. A su vez, si tienes una relación sana y amorosa con tus padres, tus hijos se benefician.
Si hubo algo en el pasado que te dolió o afectó mucho, proponte no repetir los patrones con tus hijos. Mejora las relaciones con tus padres y con tus hijos, tendrás un ambiente familiar más unido y comprensivo. Perdonar es un acto de amor y voluntad, si no sientes que puedes perdonar no podrás hacerlo.