Cuando de televisión se trata, me gusta dedicar mi tiempo a aquellos programas que incrementan mi inventario emocional e intelectual, o a los que me ayudan a reír un rato (para liberar el estrés). Hace poco veía un programa en donde Jorge, un reconocido doctor, le preguntaba a una de sus pacientes (quien debía ser operada de un tumor): “Ana, ¿por qué pospuso su operación hasta ahorita? ¿Por qué dejó pasar tanto tiempo? ¿No se dio cuenta de que dejar pasar el tiempo incrementaba el riesgo?” Escuchar esta pregunta me hizo reflexionar no sólo cuántas veces “dejar pasar el tiempo” incrementaba el riesgo de salir perdiendo. Sino cuántas veces ser perseverantes por mucho tiempo también lo hacía. En otras palabras, ¿cuántas veces trabajamos mucho tiempo por algo que deseamos hasta que perdemos el interés de continuar? Por ejemplo, podemos ser perseverantes en clases de inglés y de pronto, después de un considerable tiempo y esfuerzo abandonamos incluso a poco tiempo de “graduarnos”. O los alumnos pierden el interés y dejan sus tesis a medias después de haber invertido años en sus licenciaturas y maestrías, ¿te suena familiar? Yo tengo mi propia teoría: creo que trabajar por períodos largos de tiempo para llegar a una meta, incrementa el riesgo (como decía Jorge) para abandonar algo (diría yo). Sí, sé que a muchos de ustedes enfocarse en ser constantes les ha dado resultados. Sin embargo, no a todos les pasa ni siempre sucede, y podemos terminar sintiéndonos altamente frustrados al no sentirnos capaces de lograr las metas que nos proponemos. ¿Por qué la perseverancia no es suficiente para tener éxito?
Cuando el deseo pierde valor
A lo largo de mi vida he descubierto que no siempre es la perseverancia la que te lleva al éxito, es un sentido de urgencia el que nos guía a una dinámica de enfoque y concentración. Esta dinámica impulsará tus esfuerzos hacia un poderoso canal de atención hacia tu objetivo en un tiempo limitado. ¿A qué me refiero? A que no importa la relevancia de tu meta, sin un sentido de urgencia, pasado determinado tiempo, el deseo pierde su valor. Es muy simple, y cualquiera que se haya puesto a dieta para lucir fenomenal en un gran evento se ha dado cuenta que uno logra enfocarse y perder más peso cuando tenemos prisa por cumplirlo, que cuando nos ponemos un plazo de un año para lograrlo (a la mitad del segundo mes, nos aburrimos). Algo similar pasa con nuestras metas. El no avanzar con rapidez hacia ellas puede desenfocarnos. ¿Alguna vez te has preguntado por qué es más fácil terminar el trabajo justo un día antes de irnos de vacaciones? Por el sentido de urgencia. Si lo has experimentado, sabes de qué hablo.
Acelera tu éxito
Si en diversas circunstancias, observas que abandonas tus metas después de perseguirlas por mucho tiempo, esta puede ser la razón. Hoy te invito a darle next! a la perseverancia y a darle bienvenida al sentido de urgencia con el que haces las cosas. Acorta tus fechas límite. Te garantizo que cada satisfacción se convertirá en el motor que te impulsará a seguir adelante con tus proyectos. Es muy simple. Sea en tu salud, tus relaciones, tu negocio, tu carrera, comienza por esta vez, a depender menos de la constancia y enfócate más en la rapidez. Te garantizo resultados satisfactorios y continuos a lo largo de tu vida. Porque todos queremos ser ganadores ¡y tú te lo mereces!
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