Parece ser que los adultos no estamos teniendo éxito en “venderles la idea” a los adolescentes, sobre muchos aspectos de la vida, porque por lo general ellos no “la compran”. O dicho de otra forma, no toman en cuenta nuestros consejos y recomendaciones porque no les convencen.
En primer lugar comprendamos que infundir miedo a los adolescentes es inútil y por el contrario, puede que les haga más atractivo eso que pretendemos que teman; recordemos que les gusta la adrenalina, lo prohibido, lo riesgoso. Por otra parte, el infundir miedo es la estrategia más absurda e inútil que las instancias de autoridad de todo tipo han usado para controlar a lo largo de la historia. Por donde lo veamos, esto no funciona. De la misma forma, tratar de asustar a los adolescentes para controlar su conducta, sólo trae resultados indeseables.
No existe una receta, pero voy a proponerte algunas alternativas que en mi experiencia personal y profesional, han resultado útiles y eficaces.
En general, cuando un adolescente comprende el por qué si o no de algo, tiene mayor disposición. Por esta razón, es importante que les ayudemos a ver las posibles consecuencias de sus actos y sus decisiones, pero basándonos en la realidad y la verdad y no en supuestos, amenazas o temor.
Por ejemplo, para apoyar a un adolescente a que tome decisiones adecuadas respecto a su sexualidad, yo le diría sin tono de amenaza o juicio y sin una actitud de sabelotodo, algo como esto:
“La adolescencia no es el mejor momento para tener relaciones sexuales, porque el sexo es una experiencia sumamente íntima y profunda, no sólo física, sino energética (emocional, mental y espiritual) y mueve muchas emociones, que en la adolescencia tal vez no se tenga la madurez necesaria para manejar. Como tú has visto, hoy te fascina un niño/a, pero el mes pasado era otro, y probablemente la próxima semana será uno diferente, lo cual no está mal, es parte de tu desarrollo emocional. Pero si te involucras sexualmente, es muy probable que experimentes muchas pérdidas dolorosas y traumáticas. Por otra parte, al tener relaciones sexuales, aun cuando te cuides con algún método anticonceptivo, e incluso con un condón, necesariamente corres el riesgo de adquirir una enfermedad venérea (explicar cuáles y cómo son) o de quedar embarazada (o embarazar), porque nada garantiza 100% que esto no suceda. ¿Recuerdas tus sueños de irte de viaje? tendrás que decirles adiós, porque deberás enfrentar la responsabilidad de atender y mantener a ese bebé. Tus salidas de fin de semana que te encantan, pasarán a la historia y en su lugar estarás cuidando a tu bebé. La adolescencia no es el momento de adquirir estas responsabilidades que corresponden a la edad adulta. Es el momento de disfrutar con tus amigos, viajar, bailar, aprender”.
Otro ejemplo: Muchos padres me piden consejo preocupados porque su hijo/a está consumiendo marihuana y al confrontarle les responde que no hay problema, que la marihuana no hace daño. A estos padres angustiados les recomiendo que digan a su hijo: “mira, vamos a buscar la verdad, porque ni tú ni yo sabemos”; (si él reclama que él sí sabe, no discutas, sólo dile, que está bien, pero que tú no sabes, por eso necesitas información). Y entonces tomen asiento frente a la computadora con su hijo, y tecleen en el buscador: “efectos del consumo de marihuana” (o cualquiera que sea el tema donde tienen dudas y desacuerdos) y encontrarán la verdad científica al respecto, no una que proviene de la desinformación.
De esta manera les llevamos a comprender que todo acto tiene consecuencias imposibles de evitar y que hay que asumir. La información es una bendición y es por mucho la mejor forma de prevención. En base a ella, y a una visión honesta de la realidad, nuestros amados hijos estarán en condiciones de tomar mejores decisiones.