Aunque apasionados y espontáneos, los primeros encuentros sexuales también pueden ser incómodos y un tanto torpes. ¿Cómo sabes lo que le gusta al otro? ¿Qué se supone que debes hacer con la luz, la quiere encendida o apagada? Podrías tratar de adivinar, pero mejor considera hacerle a tu pareja preguntas claras.
¡Espera! No se trata de que llene un formulario o le hagas una entrevista, sino de que comiences el juego de la seducción desde otra perspectiva. En vez de precipitarte con los besos y las caricias, puedes elevar su temperatura con una serie de preguntas a tu pareja, con un ligero contenido sexual.
De hecho, al hacer las preguntas correctas estarás estimulando su órgano más importante: el cerebro. ¿Qué dices, te animas?
Obvio, debes crear el ambiente perfecto con unas cuantas velas, música y una botella de vino. Cuando estén cerca y veas que las chispas comienzan a brotar…
Preguntas sexuales que debes hacerle a tu pareja:
- ¿Cuál es la cosa más atrevida que has hecho? Con esta pregunta podrás darte una idea muy general de lo que le gusta en el sexo y si está dispuesta a probar cosas nuevas.
- ¿Cuál es la parte más sensible de tu cuerpo? No hay pregunta más directa que ésta. Al responderte te estará dando la guía completa para llevarla al éxtasis; así que por favor no te quedes como menso viéndola. Conforme te vaya diciendo, besa o acaricia la parte que nombró y pregúntale si es así como le gusta.
- ¿Has soñado conmigo? Igual y jamás lo ha hecho, pero su respuesta te dará pie para que tú le cuentes tus “sueños”, en los que ella es la protagonista (no importa si ese sueño es real o se trata de una fantasía), evalúa sus reacciones y decide si puedes subir más la temperatura del encuentro.
- Si pudieras hacerme lo que sea ¿Qué harías? Con esta combinación de palabras le dejarás claro que estás dispuesto a todo con ella y por ella. ¿Veamos qué tan creativa es?
- ¿Prefieres hacerlo con la luz encendida o apagada? Llegados a este punto, la susodicha debe estar más que ardiendo de placer, por lo que sería prudente cómo prefiere la luz. Sabemos que te encantaría verla claramente, pero si es tímida, más vale que la hagas sentir cómoda y apagues todo.
Si después de un momento de intensa pasión, aún te sientes con ánimos para una segunda ronda, ¿qué te parecería intentar algo diferente? Esta vez tendrán que ser más atrevidos, por lo que lo mejor es que le hagas preguntas sobre sus fantasías. Si no se las cumples esa noche, tal vez lo puedas hacer después.
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