Es fundamental comprender que el Presupuesto Personal es el confidente de tus finanzas por lo que necesitas dedicarle atención y cuidado especial.
Hacer un presupuesto es llevar el registro de tus ingresos (el dinero que ganas), egresos (el dinero que gastas) y el dinero que ahorras. Un presupuesto, es una forma agradable de manejar tu dinero. Este registro se vuelve tu cómplice y confidente y tu mejor amigo para tomar decisiones importantes y te permite planificar en qué y cómo te vas a gastar tu dinero y cuánto vas a ahorrar.
Ejemplos de en qué nos beneficia tener un Presupuesto Personal:
- Podemos evaluar, si necesitamos más fuentes de ingresos.
- Nos ayuda a identificar en que estamos gastando dinero de más, innecesariamente.
- Evaluamos que gastos podemos reducir.
- Ayudará a evitar los gastos impulsivos.
- Identificarás cuáles son tus gastos recurrentes.
- Podrás crear un plan de ahorro.
- Buscar recursos para protegerte de imprevistos.
Cabe resaltar, que el presupuesto es un conjunto de pronósticos referentes a un lapso de tiempo; puede ser de una semana, un mes, un año o incluso para algún evento; como la fiesta de XV años, el viaje de graduación, tu boda, etc. Es un plan de gastos, ingresos y ahorros con proyección al futuro para balancear los mismos y te brindará una idea precisa de tu dinero respecto a: “dónde se va, hasta dónde, cuándo, cuánto o en qué momento”. Por lo que hablar del éxito de tu presupuesto no quiere decir que los resultados obtenidos hayan sido idénticos a los pronosticados, será suficiente el haber obtenido un grado de mejoría en la eficiencia y seguridad con que se condujo tu economía. Claro que el objetivo es reducir el error en las estimaciones, pero esto lo lograrás con la práctica.
Reflexiona por un momento, ¿qué sería mejor experimentar?: ¿un mes en el que tienes un plan y un registro de lo que sucedió con tu dinero?; o ¿un mes en el que no sabes si puedes gastar o no en algo, cada vez que sacas la billetera? Es mejor saber a dónde se fue tu dinero o a dónde lo vas a destinar y para qué.
El siguiente paso es armar tú propio catalogo de cuentas, y clasificarlas en: gastos fijos, gastos variables y gastos imprevistos. Realiza una lista de ingresos y una lista de gastos a realizar. Anota todos los gastos que tienes cada mes. Y elabora una relación de todas las cosas que tienes que pagar o comprar durante un mes, (como la renta, la hipoteca, agua, teléfono, luz, alimentación, medicinas, etc.) Revisa aquellos gastos ocasionales que puedan presentarse, como la celebración de alguna fiesta, la compra de algún regalo, entre otros. Establece cuál será tu ahorro mensual para posibles emergencias. Identifica cada una de tus compras como una necesidad, un gusto o un capricho.
Debes mantener el hábito de ingresar la información por lo menos semanalmente, si vas a estar lejos de tu computadora o cualquier otra herramienta que utilices para hacer tu presupuesto, lleva contigo una libreta y anota ahí tus gastos. Muchas veces la mente nos puede traicionar y nos podemos olvidar de ellos. Una vez que puedas regístralos en tu presupuesto.