La pregunta del millón de dólares. En mi experiencia profesional y personal, una de las limitantes más marcadas del por qué no siento placer al tener relaciones sexuales, es porque estamos enfocados en el displacer. Es decir, en todo aquello que limita nuestro placer, que no nos gusta, nos hace sentir mal, nos duele, nos da miedo o nos molesta.
Sí. Cuántas veces te has enfocado en esto. Cuántas veces marcas los límites en función de lo que no te gusta, en lugar de buscarlos en función de lo que sí disfrutas y que sea justo el placer el que marque el hasta dónde está bien para ti.
¿Qué haces para sentir?
Quizás ahí está el problema… en mi experiencia, nos frustramos porque “no estamos sintiendo” y se nos olvida disfrutar y por lo tanto poner atención en lo que “sí estamos sintiendo”. Es decir, empezamos a decirnos “no siento, no alcanzo, me pierdo, me entumo” y se nos va por completo, buscar el “aquí siento rico, esto sí me gusta, qué buen beso, me encanta esta caricia”.
Pon tu atención en función del placer
¿Ya me voy explicando? Lo que te quiero decir es que busques poner tu atención en función del placer, de lo que sí está ocurriendo, de lo rico que sí estás sintiendo en ese momento, etc. Si te cachas pensando en algo más o buscando en el futuro “lo que no vas a sentir”, para y vuelve a elegir. Cambia tu atención una vez más y las que sean necesarias al presente y a lo que sí está ocurriendo en función del placer, del goce, del disfrute.
La próxima vez que te preguntes por qué no siento placer al tener relaciones sexuales, también pregúntate qué sí sientes. Sino ¿para qué seguir intentándolo? ¡Algo rico habrá en todo esto! ¡Algo rescatable seguro hay! Sólo necesitas empezar a poner atención en esto, a disfrutar también se aprende.
¿Mi recomendación?
Empieza de menos a más… fija tu atención en el disfrute del día a día… en tu cafecito de la mañana, en la caminata que te echas para ir al trabajo, en lo mucho que disfrutas un beso o una caricia, en el placer de auto estimularte, en el goce que te da tu trabajo o lo rico que se sienten esas pláticas con tus amigos. No necesitas hacer grandes cosas para dejar entrar el placer a tu vida, sólo buscarlo –de principio- en los pequeños detalles y dejar que esto, empiece a hacer su trabajo. Créeme, el placer está en todas partes, si te lo permites.
Alessia Di Bari
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