Cuando de decretos se trata es importante recordar la frase bíblica: “Hace más daño lo que sale de tu boca que lo que entra por ella”
Antes, nuestras abuelas eran más discretas a la hora de criticar a sus hombres y hasta justificaban sus detalles. “Ay mijita son hombres, mientras seas la catedral, qué importan las capillitas” o esa de “Adáptate a lo que él te pueda dar, no lo presiones” y que tal esa de “Carga tu cruz mijita”. Hoy esos consejos son como cachetadas y muchas mujeres pasamos sin ver, aunque hay otras que de plano no quieren ver, pero ese es otro cuento.
A partir del empoderamiento femenino ya no nos esperamos a ver cómo nos va en la feria. Los amplios estudios nos dicen que el género masculino tiene problemas… Bueno más bien los problemas los tenemos nosotras cuando nos relacionamos con alguien que no nos hace felices y dedicamos nuestra energía a quererlos cambiar. Y ese es justo la causa del sufrimiento, que elegimos mal y después no sabemos que hacer con ellos. O de plano aplicamos la de “yo prefiero la soledad”. El punto es que si de verdad queremos que ellos cambien o si queremos generarnos un buen hombre, tendríamos que eliminar los decretos que repetimos hasta cuando estamos dormidas como, por ejemplo:
«Todos los hombres son iguales», son infieles por naturaleza, solo tienen un cerebro y no es el de arriba, más vale sola que mal acompañada… Y ahí nos tienes bien solas.
La conducta de cada ser humano es una elección y es una respuesta de su sistema de valores. Lo que si urgen son VALORES. Hombres y mujeres hemos ido ganando espacios y viviendo libertades que antes no teníamos. Hoy hay un enorme menú de opciones para elegir y muy pocas barreras para obtenerlo, antes el pudor, el temor de Dios y el “qué dirán”, nos limitaban. Hoy deberíamos temer cosas más palpables como enfermedades, violencia, abusos y dolor.
Hoy es importante que nos amemos y elijamos lo que queremos vivir y con quien. Es bueno experimentar con conciencia y precaución hasta que la madurez nos alcance y entonces decidamos COMPROMETERNOS. Un compromiso primero con nosotros mismos y por supuesto con una pareja porque cuando engañas, te engañas. Y por supuesto adquirir el sentido de RESPONSABILIDAD, que significa la habilidad de responder.
Hay hombres y mujeres buenos, ¿por qué no los atraigo? Quizá va siendo hora de dejar de repetir todo lo malo, entender por qué me genero lo negativo y pedirle más a la vida. No conformarme, hablar, preguntar y pactar con nuestras parejas. Conocernos más y mejor. No puede ser que hoy los noviazgos duran 15 días y los matrimonios 2 años. Todo tiene su tiempo para madurar y no hay relaciones perfectas. Pero si hay relaciones sanas o relaciones enfermas.
Tus palabras son decretos, la crítica al sexo opuesto y a nuestras parejas nos alejan del amor y hablan más de nosotros que de ellos. ¿Qué le estas pidiendo a la vida? Porque recuerda que… Al cliente… lo que pida.