Últimamente, quizás porque se acerca mi taller de sexualidad, traigo muy presente el tema de las diversidades sexuales, de la inclusión, del amor. Y es que, infinidad de veces, me pregunto: ¿Por qué nos cuesta trabajo aceptar y amar las diferencias?
La respuesta, por mucho, no la tengo clara. Entiendo, por experiencia personal y profesional, que da miedo… que lo desconocido asusta y ahí sí, quizás por mi formación profesional, para mí, sea más fácil entenderlo y por lo tanto aceptarlo y celebrarlo. Aunque, en realidad ¿No nos pasa un poco lo mismo a todos?
Es decir, todos en algún momento y por alguna razón nos hemos sentido excluidos, no entendidos, relegados o juzgados por nuestros gustos, nuestras formas y la más triste de todas, por quiénes somos.
Mi invitación esta semana, como siempre, es a observarte. ¿Desde dónde juzgo lo que juzgo? Sí, en qué fundamento mis juicios… ¿Miedo, ignorancia, pertenencia, enojo…?
¿Por qué nos tendría que importar e incluso ofender, quién le gusta a la otra persona, cuáles son sus prácticas sexuales o cómo expresa su identidad de género? ¿Qué mas nos da? ¿Por qué alguien tendría que salir del clóset? Los heterosexuales no “salimos” del clóset, nadie nos lo exige, ni se siente ofendido con nosotros si “ocultamos” nuestra heterosexualidad. Sé que igual estás leyendo esto y te da risa de lo ridículo que suena… entonces ¿Por qué sí pedírselo a alguien más?
No sé, quizás valdría la pena preguntarnos por qué les pedimos a ellos, ellas, elles que hagan algo que no es un requisito para el resto de nosotros. ¿Por qué no vernos como seres humanos, dejando de lado un poquito todo lo demás?
Espero que te des chance de preguntártelo, de cuestionar tus creencias y de observar cómo se siente la gente en tu espacio… ¿Se siente aceptada, vista, cercana, cobijada, apapachada, incluida? ¿Cómo se siente? Y si la respuesta que encuentras, no te encanta, siempre estás a tiempo de hacer algo distinto para construir la realidad que quieres. Así, uno a uno, es como podemos construir el mundo que queremos y que eso suceda, depende de cada uno de nosotres.
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