Como lo reportara Michael Mooore allá por el 2002 en su documental “Bowling for Columbine” en el que narra la masacre del Instituto Colombine en 1999, esta mañana de miércoles 18 de enero en Monterrey se reportó otro caso de inseguridad, donde una balacera en un colegio, reportó heridos y un muerto hasta el momento.
Un chico de 12 años ha sido identificado como responsable, mismo que señalan se encontraba bajo tratamiento psicológico y quien acabó con su vida, tras perpetuar los hechos.
Ante finales fatales como éste y los ocurridos la madrugada de este lunes al cierre del Festival PM en Playa del Carmen, un análisis ante la inseguridad y la violencia que se dan en nuestro entorno bien puede ayudarnos a prevenir de la mejor manera posible, trágicas consecuencias conforme al contexto en el que nos encontremos.
La naturaleza de la violencia en nuestros barrios
Ser parte de grandes megalópolis en verdad pone difícil definir de dónde se origina un problema, pues diferentes historias, pensamientos, contextos y destinos se involucran en ello, aunque a favor de todos están factores clave que se definen por área, por país, por comunidad, por familia.
¿Cuál es nuestro marco de acción inmediato para prevenir la inseguridad?
Nuestra familia: Los valores y la ética son tarea de casa, a veces ser muy permisivos y dejar todo en manos de la escuela, no es la mejor opción. Apoyar acciones que ofrezcan seguridad y mejores condiciones tanto dentro como fuera del hogar, no sólo tendrán impacto dentro de la comunidad sino que como estrategia bien planteada, se irá replicando en la sociedad.
Un buen bajón a la violencia, se puede ver favorecido por la PREVENCIÓN, sin llegar al azote y al miedo, pero sí al consenso de acciones que promuevan la paz y la convivencia dentro y fuera de casa; crudo es mencionarlo, pero a los padres de la escuela de Monterrey les habían pedido que permitieran que se diera revisión a las mochilas de los niños previo a su entrada a la escuela y no lo aprobaron, quizá pensando en la privacidad de los niños. En estos casos siempre será bueno pensar en el bien común, justo pensando en la prevención y en que los profes conocen bien las necesidades de la comunidad para la que colaboran.
Nuestra comunidad: Las comunidades conocen sus propios contextos, problemas y oportunidades, por lo que pueden proponer soluciones para resolver las situaciones a las que se enfrenten.
Tratar de uniformarlas conforme a los problemas y situaciones ajenos, es como echarle aguacate a barriles sin fondo en lo relacionado a presupuestos de prevención y seguridad pública. ¡Señoras y señores legisladores, basta con que den atención a sus comunidades para echarles la mano y la atención que merecen.
Gobiernos locales y actores sociales: Conforme a las necesidades y exigencias de las comunidades a las que sirven, adecuar las políticas en materia de seguridad pública y contribuir. Dicho está.
Más que suminirnos en el miedo o en la clasificación de lo que ha pasado los últimos días, actuémos.
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