Un fondo de emergencia cómo su nombre lo indica es guardar dinero precisamente para una emergencia o un imprevisto; es tener un colchón de dinero con liquidez inmediata.
En la vida existen varios imprevistos; desde los más mínimos como por ejemplo que algún electrodoméstico se descomponga (lavadora, refrigerador, estufa, etc.), que el automóvil se averíe, que tengamos un accidente, una enfermedad, un divorcio, perder el trabajo, etc. Los gastos imprevistos son infinitos y además aparecen en los momentos menos oportunos. Es muy común que, en casos de necesidad, nos podamos ver forzados a aceptar condiciones poco favorables.
Sin un fondo de dinero apartado para imprevistos, lo normal es que tengamos que recurrir a opciones no planeadas para ese momento y por supuesto más costosas; por ejemplo:
– Pedir un préstamo o pagar con tarjeta de crédito. Endeudarnos más, en tiempos difíciles es poco aconsejable, ya que los intereses se convertirían en “un gasto fijo” y en ese momento es la peor decisión que podemos tomar; ya que estaríamos caminando derechito a la trampa de un endeudamiento cada vez mayor.
-Deshacernos anticipadamente de inversiones a largo plazo, como acciones o fondos de inversión. Además, puede ocurrir que en ese momento los mercados no sean favorables y haya que vender a un precio inferior o incluso con pérdidas. Y aunque no fuera así, estaríamos saboteando nuestros objetivos a largo plazo al deshacernos de estas inversiones.
No podemos evitar que lleguen momentos difíciles. Pero un fondo de emergencia nos sirve para hacer frente a la situación e impedir el endeudamiento o truncar nuestros planes de inversión o ahorro.
Para hacer un fondo de emergencia es importante que tenga las siguientes tres características:
- Liquidez: Los imprevistos, por definición, no se prevén, así que el dinero del fondo de emergencia tiene que estar fácilmente disponible cuando se necesita. Conviene que no lo ingrese en la cuenta corriente o libreta utilizada para domiciliar recibos y pagar tarjetas de crédito, y que no lo toque excepto para verdaderas emergencias. No tenga este dinero, que podría necesitar a corto plazo, invertido en depósitos a plazo fijo demasiado largo o en fondos garantizados que cobren penalizaciones por sacarlo antes de su vencimiento. Es importante tenerlo en una cuenta aparte.
- Seguridad: El fondo de emergencia es su colchón de seguridad; por ello, deposítelo en productos sin riesgo donde le garanticen la preservación del capital, que su dinero siempre va a estar ahí. No conviene meter el fondo en acciones, fondos de inversión de renta variable o renta fija a largo plazo. Podría ser necesario reembolsar estas inversiones cuando su valor esté bajo.
- Rentabilidad: En el caso del fondo de emergencia, la disponibilidad y seguridad son más importantes que la rentabilidad, pero tampoco interesa tener todo ese dinero inmovilizado en una cuenta o debajo del colchón, sin producir nada. El equivalente a un semestre de gastos puede ser una cantidad considerable y es de sentido común buscarle alguna rentabilidad, por pequeña que sea. Existen cuentas bancarias a la vista que ofrecen total liquidez y pagan intereses. Estas cuentas remuneradas no suelen admitir domiciliaciones de recibos porque están concebidas para ahorrar, no como cuenta operativa. Normalmente se abonan los intereses cada mes. Hay que consultar si se exige un saldo mínimo y si existen comisiones y gastos que puedan «comerse» esa rentabilidad.
¿Qué cantidad de dinero debo de tener en mi “fondo de emergencias”?
La cantidad necesaria depende de las circunstancias personales: con qué ingresos cuenta la familia, cuántas personas están a nuestro cargo y qué otras opciones tendríamos para encontrar dinero rápidamente en caso de necesidad.
Los expertos aconsejan acumular un fondo de emergencia equivalente a entre tres y seis meses de gastos normales, es decir, lo suficiente para pagar la hipoteca o el alquiler y la cuota de los demás préstamos, comida, luz, seguros, colegios, etc. durante ese periodo. Pregúntese qué cantidad ahorrada le daría seguridad y fíjela como objetivo.
Esto no significa que tiene que ahorrar toda la cantidad que se ha propuesto antes de poder realizar otras inversiones, ya que muchas familias tardarán años en acumular una reserva equivalente a esos meses de gastos. Todos los meses, destine por lo menos una parte del ahorro a este fondo hasta cubrir la cantidad objetivo. A partir de entonces podrá destinar todo el ahorro mensual a otras inversiones.
Es importante revisar periódicamente la cantidad que se necesita en el fondo de emergencia e increméntela si ha quedado desfasada.