También conocida como rabdomancia, esta actividad se basa en la afirmación de que los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y radiaciones de un cuerpo emisor, pueden ser captados o percibidos y, en ciertos momentos manejados, por una persona o artefacto suspendido, como es el caso de unas varillas, un péndulo, o bien, una horquilla que amplifica la capacidad de magnorrecepción de quien lo usa.
Desde hace más de 4500 años el hombre en su búsqueda de corrientes de agua subterráneas se ha servido de la radiestesia, y ha funcionado tan bien que hasta nuestros días en muchas zonas se sigue utilizando con gran certidumbre. A quienes la practican los ha convertido en expertos y se les llama zahories, ellos pueden detectar cambios del electromagnetismo a través del movimiento espontaneo de dispositivos simples sostenidos por sus manos, ya sea una varilla de madera o metal en forma de “L” o “Y”, o un péndulo. Los zahories pueden detectar Lineas Ley, – como megalitos y antiguos monumentos históricos -; flujos magnéticos, corrientes de agua, vetas de minerales y lagos subterráneos en cualquier profundidad. Los instrumentos usados por el zahori no tienen energía propia, sino que amplifica movimientos de las manos que no son conscientes, éste es el famoso efecto al que se le denomina ideomotor, y hará de la varilla un instrumento de expresión de conocimiento, o percepción subconsciente de quien lo usa o maneja.
Hoy en día se practica el zahorismo de manera fácil y sin complicaciones, es decir, es accesible al público, pues en sus inicios en Alemania en el siglo XV su finalidad última era encontrar metales; en 1528 Martin Lutero lo consideró un acto de brujería por violar el primer mandamiento, en los años posteriores no corrió con mejor suerte y se llegó a considerar como una práctica satánica, ya que aseguraban que el diablo movía la varita aunque nunca se pudo probar; sin embargo, siguieron usándose varas y ramas para localizar el objeto deseado. No fue hasta 1890 que el Abad Alexis Bouly fundó la sociedad de Amigos de la Radiestesia.
Todo aquél que practique la radiestesia necesita una vara en forma de Y. La vara puede ser de madera, metal o un péndulo, y es a través de ellos que se recibe y percibe el estímulo para dar con el lugar indicado; ahora bien quien usa las horquillas de avellano o sauce, las sostiene con las dos manos hasta que un movimiento indica el lugar determinado.
Si se practica radiestesia con un péndulo es una técnica de medicina alternativa que busca encontrar el resultado; cabe señalar que es importante crear una empatía con este instrumento, ya que es una extensión de quien lo utiliza como ya se ha mencionado en semanas anteriores; así que la asertividad del diagnóstico y el éxito de la medicación, también tiene que ver con la FE con la que se da una resolución y la confianza con la que se recibe.
¡Feliz semana!