Mi esposo ha llegado a casa y lo primero que encuentra es una esposa cansada, mal humorada, ansiosa y pidiendo 5 min para ella, sólo para ella. Quizás para nuestros esposos es difícil entender que pasar el día completo con los hijos es muy desgastante ya que tienes que estar detrás de ellos, darles de comer, cambiarles la ropa y mantenerlos ocupados; eso ya es mucho trabajo, el cuál te genera estrés ya que es una gran responsabilidad sobre nuestros hombros que un día de rutina salga adelante y salir bien libradas, cumpliendo si no con todas, con la mayoría de las tareas en casa.
Llega la noche y al saludar mi esposo me pregunta ¿Qué hiciste hoy?, él en buen plan y con ganas de librar un poco la tensión ocasionada por la larga jornada en casa, simplemente le contesto: nada, pero mi mente comienza a enlistar cada una de las actividades e imprevistos que surgieron en el día, y a continuación la gran temida pregunta, ¿qué hay de cenar? En ese instante mi tic del ojo derecho se manifiesta, no es exageración, pero hay ocasiones que el día no me da para hacer un guisado digno para cenar delicioso y mi salida practica y fácil es: te haré un sándwich.
En ocasiones me siento culpable porque me enfoco en la comida sana de las niñas y dejo de lado que en casa también hay dos adultos que podrían comer más que pescado asado, verduras y lentejas.
Entendí que la mejor manera de reducir ese estrés que me causa la comida es realizar una planeación semanal para preparar todo y quitarme una tarea que de pronto me tiene vuelta loca. Otra cosa que realmente me ayudó es fijar horarios para tener un orden en las tres comidas en casa, las colaciones, hora del baño y hora de jugar, sigo intentando lograr que mis dos hijas duerman a la misma hora y que al lograrlo sé reduciría mucho trabajo y por fin tendríamos al menos dos horas para mi esposo y para mi antes de dormir.
Un buen día mi esposo hizo home office y yo tuve que salir gran parte del día, ese día entendió la función de mamá en casa y la larga lista de actividades por hacer, al regresar a casa me dijo: estar todo el día con las niñas es un reto, ya se que haces todo el día. Me sentí muy bien y más y tranquila que ahora él realmente entendía de que se trataba quedarse con las dos niñas. El tratar de tener la casa lo mas ordenada posible, las niñas bañadas y tener algo decente que comer implica trabajo y paciencia y muchas veces genera stress ya que nosotras queremos dar lo mejor de nosotras mismas y no siempre salimos bien libradas. Agradezco la ayuda y comprensión que mi esposo pueda tener hacía mí, cambiar un pañal, preparar las mamilas, jugar con ellas, etc., es para mí un gran acto de solidaridad y ayuda, ya que esos minutos “fuera del juego” me regresan la calma y paciencia que perdí durante el día y entender como pareja que la obligación es de ambos.
Contacta a Fabiola Rocha en:
Instagram: @Yosoyfabirocha
Facebook: Yosoyfabirocha
Correo: [email protected]