Uno de los principales problemas hoy en día son las expectativas que tenemos de nuestros hijos en torno a su escolaridad queremos la perfección en todos los sentidos y no estamos enfocados en los procesos únicos de cada individuo. Si bien es cierto, que nuestros hijos siempre serán percibidos por sus padres como una extensión de ellos mismos, también es cierto que hay que lograr formar seres humanos independientes con amplia capacidad de amar todo lo que hace.
En la escuela se adquieren conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los lleva a ser competentes para la vida. Este concepto de competencia que se observa de forma muy sencilla, la realidad es que su complejidad multifactorial es infinita. Por lo que aquí menciono algunos puntos que puedes esperar de tu hijo de acuerdo a su edad cronológica y madurez emocional:
- Que se comunique con confianza y eficacia.
- Que le guste explorar la naturaleza y comprenda el mundo social y natural que les rodea.
- Que adquiera pensamiento crítico e intuitivo que le permita resolver problemas.
- Posea capacidad de autoconocimiento y regule sus emociones en la medida de lo posible.
- Favorecer a la colaboración de soluciones y respetar las diferencias y puntos de vista distintos.
- Mostrar responsabilidad por el medio ambiente y que cuide de su cuerpo y evite conductas de riesgo.
- Que emplee habilidades digitales de manera pertinente.
En resumen, no esperes de tus hijos la perfección y el dominio de todos los conocimientos, pues te llevará a la frustración y a la falta de aceptación amorosa de tus hijos.