Una de las herencias más grandes e invaluables del mundo celta fue el observatorio de Stonehenge, donde sacerdotes druidas asistían a practicar sus rituales, ellos tenían conocimientos ilimitados que variaban desde la astronomía hasta la magia, la adivinación, y la sanación física y espiritual.
La palabra druida está íntima y etimológicamente relacionada con los árboles a los que se les atribuyen capacidades místicas; a la vez que viven en armonía con todos los elementos que existen en la naturaleza y los demás seres vivos como plantas y animales. Estos sabios hombres utilizaban la energía del bosque, o sea el poder que irradia cada árbol y, con sus plegarias e invocaciones, podían unir esa fuerza en una sola. El conocimiento de las runas se atribuye a ellos, pues podían interpretar en una tirada la suerte y el futuro de una persona o situación, aunque también utilizaron otros símbolos para practicar la magia celta, que son proyecciones de estructuras tridimesionales que les servían para hacer correcciones en tiempo y espacio; aunque tambien utilizaron la Runemal, que es una variante de las runas.
Los rituales más importantes para estos sacerdotes eran muy interesantes, pues consistían principalmente en hechizos, amuletos y la atracción de la buena suerte a través de los elementos de la naturaleza para lograr ganar batallas o tener una cosecha abundante. Los celtas siempre tenían en su cabeza la suerte y la fortuna, pues acerca de ésta última, ellos la consideraban un hilo blanco sin fin en el que las runas fueron bordadas y ahí se encuentra el destino; ahora bien, los cambios podían lograrse con rituales de la alta magia suprema druida. Cabe mencionar que siempre se creyó que cada indivuduo podía cambiar su destino si él obraba la magia de uno de estos religiosos, quienes al reunir toda la fuerza de la naturaleza misma, eran capaces de llegar a la trasmutación, al cambio.
Las enseñanzas de los druidas se dividían en dos, el del código moral transmitible a cualquier persona, y el código esotérico que estaba destinado sólo para algunos iniciados que podían alcanzar este privilegio ya fuera por su disciplina, o por pertenecer a una familia de altos principios y moral intachable. Por tal razón los iniciados eran puestos a prueba y con ello conseguían avanzar o retroceder; más sin embargo, quien avanzaba, tomaba juramento de secreto absoluto y así se adentraba en otros misterios de los druidas aún mas rígidos; realmente era un índice muy pequeño el de los individuos que lograban llegar a superar los tres niveles a los que eran sometidos. La última prueba era la de Higgins, y ésta consistía en echar al iniciado de una barca en mar abierto y tenía que salir adelante con sus propias recursos. Aquéllos que lograban regresar eran intruídos en los secretos de las leyes universales, la medicina, astronomía, y obviamente todo sobre la magia.
Que tengas un bendecida semana.
Georgette Rivera