Basta con revisar las ofertas de trabajo que se publican constantemente en redes sociales para darse cuenta que, si quieres que tus hijos tengan un futuro prometedor, deben comenzar a prepararse desde ahora.
Mientras más habilidades y conocimientos tengan, mayores probabilidades tendrán de insertarse en el mercado laboral, pero, para alcanzar el éxito deben ser los mejores en cada cosa que hagan. En teoría, esto suena muy bien, y como mamá no querrías menos para ellos, pero, en la práctica, implica poner un gran peso en un niño, ¿no crees?
Es cierto que ser competitivos les ayudará a superarse, a trabajar en sus defectos y debilidades para ser mejor cada día, pero debes cuidar que este comportamiento no se vuelva obsesivo. ¿Te imaginas un niño que no quiera jugar o divertirse y sólo piense en hacer las cosas bien? ¡Sería como tener un pequeño adulto frustrado y siempre enojado!
Para que puedas determinar hasta qué punto quieres enseñar a tus hijos a ser competitivos, aquí te dejamos los pros y contras de este comportamiento:
CONTRAS
Los niños extremadamente competitivos suelen evaluar sus resultados en términos de todo o nada, jamás hay puntos intermedios y lo que de verdad importa es ganar, lo que aprendan en el camino será irrelevante.
- Desarrollan una baja autoestima
- Viven estresados (con todos los inconvenientes que eso tiene para su organismo)
- Tienen baja tolerancia a la frustración.
- Tienen miedo al fracaso
- Son perfeccionistas (aunque puede considerarse una cualidad, llevada al extremo, puede llevarlos a padecer ansiedad o negarse a participar en actividades en las que saben que no tendrán éxito).
PROS
Si logras enseñarles a ser competitivos de forma positiva, de tal forma que asuman sus errores, pero en vez de verlos como un fracaso, los consideren una oportunidad para mejorar, les estarás regalando la oportunidad de:
- Darse cuenta que la única competencia que tienen son ellos mismos. Seguramente, siempre habrá alguien mejor que ellos, pero lo que de verdad importa es que logren superar a la persona que eran ayer o antier.
- Valorar el esfuerzo y no sólo el resultado.
- Fomentar actitudes de cooperación y de ayuda a los demás.
- Disfrutar de lo que hacen, independientemente del resultado.
- Sufrirá menos estrés y frustración
Créenos que en la medida en la que adopte esta conducta competitiva, le será más fácil relacionarse con otros y hasta cooperar con ellos para obtener un beneficio común.
¿Qué futuro quieres para ellos?