Las relaciones amorosas son importantes. Todos –de alguna forma u otra– deseamos ser mirados, confirmados, queridos y reconocidos por un otro especial que nos acompañe en la vida. Y esto de malo no tiene nada y de bueno tiene bastante. ¿Pero que la vida toda gire en torno a la pareja? Es otra historia…
El libreto del amor romántico prioriza a la pareja por encima incluso de nosotros mismos. Requerimos un nuevo libreto que instale el protagonismo de nuestra vida en proyectos personales ligados a deseos, intereses y valores que no signifiquen estar a disponibilidad incondicional del “amor” y de la búsqueda de relaciones como prioridad vital. El amor se anhela pero no puede ser el único proyecto de vida. Con el amor se endulza la vida, pero no es necesaria demasiada “azúcar” para tener una vida digna y con bienestar.
Estar en contacto con nosotros mismos, haciendo uso de nuestra conciencia, nos permite identificar quiénes somos y alcanzar una de las más importantes tareas de la vida: conquistar la independencia emocional – aspecto nodal de la madurez – a la vez que desarrollamos relaciones significativas (de amistad, en familia y/o de pareja).
Pero, ¿cómo integrar el “binomio” pareja/autonomía sin que una cosa socave a la otra? ¿Cómo armar un plan de vida lleno de intereses, valores y sueños que avance con o sin pareja pero siempre con vínculos entrañables que nos acompañen en nuestro devenir?.
Para muchas personas el vivir en pareja es sinónimo de tener que clausurar una parte importante de sí mismas: deseos, necesidades, intereses, valores, etc. La vida en común se da siempre con desacuerdos, postergaciones y una que otra renuncia por ahí; pero ¿anularnos? ¡No! Ser independiente en lo emocional se trata de ser interdependiente y balancear ambas tendencias: la cercanía y la distancia con el otro. Sentirse atado y asfixiado por una relación o bien, experimentar constantemente el miedo de no ser querido y el riesgo de ser abandonado, son precios muy caros, incluso para estar en pareja.
Por eso, busquemos compromiso sí, pero toleremos cierta incertidumbre. La vida – y particularmente el amor – está lleno de contradicciones, complejidades, y ambivalencias. Así que construir una base segura que tolere esa incertidumbre, a estas alturas de la adultez, no viene dado por ninguna otra persona. Se construye desde un proyecto personal que dé propósito a tu vida; es decir, desde dentro de ti…
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