¿Si te preguntaran si te gusta ser tú, qué contestarías?
Ella nació hermosa. Desde pequeña llamaba mucho la atención por sus enormes ojos color esmeralda, sus pestañas rizadas, su cabello negro y rizado y su piel de muñequita de porcelana. Al lugar donde iba, las personas le decían: “¡Qué niña tan bonita!”
Su mamá, preocupada de que su hija fuera a convertirse en una niña engreída y vanidosa le decía que no era nada especial, que sus ojos no eran tan bonitos y que había demasiadas niñas mucho más bonitas que ella. Cada vez que alguien la elogiaba, su mamá decía algo negativo de ella.
–¡Qué bonitos ojos!
–Sí están lindos, pero es una niña muy traviesa.
–Tu hija parece muñeca.
–Es una muñeca floja.
Sofía ya temía que alguien la elogiara, porque inmediatamente recibía la crítica de su mamá.
Sofía aprendió a menospreciarse. Después de un tiempo Sofía se sentía la niña más fea, traviesa, inútil, que nadie jamás había conocido. Su autoestima estaba por los suelos.
En su adolescencia, cuando conocía a un joven que se interesaba en ella, ella empezaba a salir con él y al tiempo por su misma inseguridad, se volvía extremadamente celosa y terminaba por alejarlo.
Hoy, Sofia tiene treinta años. La conocí hace un año con doce kilos de más, sin arreglarse, sin hacer ejercicio y diciéndome que no le gustaba ser ella. Sofía se había abandonado.
Poco a poco está aprendiendo a desaprender todo lo negativo de su ser que aprendió de pequeña. Ella está empezando a auto elogiarse. También pega frases de amor para ella misma en el espejo donde se ve todas las mañanas. Su estilo de vida ha empezado a cambiar. Hace ejercicio regularmente, ha bajado de peso, se arregla, y se siente digna y valiosa.
Sofía aprendió a sentirse especial, hermosa, inteligente, aprendió a amarse y a aceptarse.
Muchas personas están acostumbradas a menospreciarse, aprendieron que eso era modestia e humildad y lo han aplicado desde la niñez. Este aprendizaje lo único que ha logrado es que la persona deje de cuidar de sí misma y pierda autoconfianza. La persona se estanca y deja de crecer, porque inconscientemente el mensaje que se ha estado enviando es que no se lo merece ser feliz.
Es posible que sin darte cuenta tú te critiques y menosprecies constantemente. Como dice el famoso conferencista Tony Robbins:
“Pon un guardia invisible en la pared de tu mente que no permita que lleguen criticas destructivas acerca de tu ser”.
Empieza hoy a aceptarte. Díselo al viento, díselo a tu familia, díselo a tus mascotas en voz alta y a todo pulmón: “Soy Increíble”, “Soy único”, “Me encanta ser yo.”
Denise Ramos Murrieta
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