Regálale a tus hijos un mejor futuro

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cassagneNadie pone en duda la importancia de una buena educación para labrar un futuro prometedor. Está demostrado que del nivel que logres alcanzar, depende en gran medida las oportunidades que tendrás y el nivel adquisitivo que lograrás.

Diferentes estudios han evidenciado además que la educación tiene una rentabilidad positiva, lo cual significa que las personas terminan recibiendo ingresos mayores a lo que invirtieron para educarse. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la inversión educativa en México presenta muy bajo riesgo y asegura una recompensa a futuro, que llega en forma de un salario digno, que tiende a crecer al sumar experiencia laboral y estudios de posgrado.

Sin embargo, son realmente pocos los mexicanos que logran completar la educación superior. Si analizamos los datos de los Censos de Población y Vivienda, podemos percibir que a mayor edad es menor la asistencia escolar; por ejemplo: entre los 6 y los 14 años de edad, 95 de cada 100 niños acuden a la escuela; en los jóvenes de 15 a 19 años, solo 60 de cada 100 cursan algún año e educación media y media superior; mientras que de 20 años en adelante los que estudian son solo 5 de cada 100.

Llegados a este punto, una pregunta se impone: Si son tantos los beneficios, ¿por qué tan pocas personas estudian a nivel superior? El factor común en la gran mayoría de los casos son los altos costos de la educación. Datos del IMCO revelan que en las universidades públicas el costo promedio por carrera puede variar en un rango entre 27 mil a 65 mil pesos, mientras que en una privada puede alcanzar entre los 123 mil y los 915 mil pesos.

En contraposición, el ingreso promedio de un hogar mexicano es de aproximadamente 159 mil pesos anuales, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. Con estos números puestos sobre la mesa, la correlación queda clara: en un hogar común de México se tendría que destinar casi la mitad de los ingresos anuales para poder acceder a las carreras menos caras de una universidad pública. Una expresión popular reza: “los niños nacen con un pan bajo el brazo”, pero no es del todo así. Vivimos en una sociedad en la cual predominan los grupos familiares de ingresos medios o bajos, donde persiste una débil cultura financiera, al punto que una gran parte de la población ni siquiera piensa en cómo asegurarse un retiro digno. En medio de este escenario, la mayoría de los niños mexicanos nacen sí “con el pan bajo el brazo” y con el amor de sus seres queridos, pero con muy pocas posibilidades de convertirse en universitarios.

Sin embargo, existen soluciones para esta realidad. Y todas comienzan con la planificación de tus finanzas. Un ahorro constante podría permitir a los padres asegurar la educación de los hijos. ¿Le parece difícil? ¿No cree que con su salario pueda lograrlo? Pues, sí es posible. Suponiendo que una familia perciba un promedio de 7716 pesos en un año, si ahorran el 10% de esa cantidad por 20 años, lograrían disponer de los recursos necesarios para pagar los costos de la carrera más cara en una universidad pública.

La opción ideal para aquellos padres y madres que quieran mandar a sus hijos a la universidad son los seguros educativos, los cuales son un mecanismo de ahorro por un monto garantizado.

La mayoría de los padres considera que pagar por la educación de sus hijos es la mejor inversión de sus vidas, el mejor destino para sus recursos. La educación apropiada proporciona las habilidades necesarias que permiten competir en un ambiente laboral y mejorar las oportunidades.

¿Necesita ayuda? No es difícil: planifique sus finanzas, comience a ahorrar lo antes posible; infórmese sobre las opciones de escuelas y planes; evalúe las opciones disponibles. Lo más importante: acuda a un consultor patrimonial, el cual pondrá a su disposición la opción que usted necesita.

Recuerda: nunca es demasiado temprano para pensar en la educación de tu hijo.

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