Mientras pensaba acerca de escribir esta semana, me llegó un mensaje de una alumna que decía:
“Hola! ¿Crees que puedas hablar de las relaciones abiertas y cómo se manejan? Las reglas que se estipulan y si está bien que, por ejemplo, yo le pida a mi novio que me cuente todo, aunque él no quiera enterarse de lo que yo hago. Gracias, neta me urge cañón saber más del tema”.
Así que, dándole seguimiento a su pregunta e intentando resolver su duda, platiquemos de esto en la columna de hoy.
¿Alguna vez han escuchado esto de una relación abierta? Si nunca has escuchado al respecto, te explico, es muy sencillo. Lo único que significa es que en esa pareja, el acuerdo explícito pre-establecido es que no hay una exclusividad sexual.
Hasta aquí, todo bien. El problema viene cuando no dejamos claras las reglas y lo que esperamos de este tipo de relación… por ejemplo, tal vez yo no tenga problema con saber que estás –sexualmente- con más gente, pero sí tengo tema con que me platiques detalles. Este tipo de información es MUY importante, porque la idea no es hacernos daño, sino todo lo contrario.
La idea es tener un amor mucho más libre y sin ataduras sexuales; esto, parte de la idea de que el amor y el sexo, no forzosamente tienen que venir de la mano, por lo tanto, estar a dieta, no te impide “pecar” de cuando en cuando.
Pero regresemos a la parte escabrosa: las reglas. Sí, esto es vital. Ahí te van las básicas para una relación abierta, según mi experiencia:
- Observarte, observarte, observarte. Sí, necesitas estar muy claro(a) con respecto a lo qué esperas que suceda con tu relación.
- Límites precisos. Esto es, explícitos, no hay tal cosa como “obvia” al momento de poner los límites… siempre especifica qué sí quieres y qué no.
- Propón opciones. De pronto se nos cierra el mundo y si nos encaprichamos con una forma en particular, platiquen, encuentren una opción que funcione para ambos. No tiene que ser ni la tuya ni la mía, sino la nuestra.
- Deja algo sólo para ustedes. Tengan algo –una posición, un tipo de caricia, de beso, etc.- que sólo hagan entre ustedes, ese algo especial que sólo tu y tu pareja comparten.
- Vámonos de menos a más. Es decir, no quieras corres cuando apenas estás aprendiendo a caminar. Date permiso de ir sumando experiencias poco a poco, en el ideal de los casos, que –sin importar qué- siempre haya manera de poner reversa, en caso de que no funcione como esperaban.
¿Ya me vas cachando la idea? Lo fundamental en este tipo de relaciones son dos cosas: comunicación y confianza en tu pareja. Si flaqueas en alguna de estas, primero dense a la tarea de solucionarlas y luego, ya que el problema esté resuelto, se animan a probar algo diferente.
Algo importante que me gustaría dejar claro es que este tipo de relaciones no tienen nada de malo ni de insanas, simplemente son una opción más. Hay mil y un formas de funcionar –y bien- en pareja, necesitas encontrar cuál es la que funciona para ti. Así que no te azotes si esta no es la tuya, ya llegaremos a la que sí te convence y viceversa, no te dejes amedrentar por lo que dicen de este tipo de relaciones, si para ti funciona ¡disfrútala!