Renacer y continuar

Francisco Javier Garrido

«Después de todo la muerte, es un síntoma de que hubo vida.»

Mario Benedetti.

Francisco Javier GarridoHabía estado toda la tarde mirando la pared; una pared en blanco, cubierta de enormes imágenes que sólo salían de mi cabeza. Estaba triste, triste, muy triste en verdad.

Citando a -Jaime Sabines- podría decir “untado con el bálsamo de mi tristeza como para morirme”. En ese momento estaba realmente roto y supe allí que debía empezar a tomar decisiones importantes. Tenía ganas de morir; no así como de quitarme la vida realmente, pero si morir.

Dejaría que una parte de mí, se pudriera. Se volviera parte de un olvido. Lo recuerdo perfectamente porqué fue un tiempo y un espacio completamente mágico y de transmutación. Un tiempo y un espacio donde estuve completamente obligado a aprender: “La importancia del no importa. Desprenderme de ese cúmulo de ideas que de alguna manera significaban y representaban lo que yo era; pero ya no quería ser. Algo dentro de mí me estaba dando permiso de eso; de “no ser” y acepté ese compromiso y fluí a ese destino. Y al final todo me pareció una trampa Absurda, porque me encontré nuevamente conmigo. ¡Estaba “yo”ahí, al final del recorrido; ¡seguía estando!, pero la luz era diferente. Todo había cambiado…

-En ese momento aprendí que podía hacer lo que yo quisiera, cuando yo quisiera si aceptaba esa realidad.

Morimos y esa es la verdad. Cómo lo puso Edmundo Valadez.

“La muerte no pide permiso”

Avanza al mismo tiempo en que vivimos, es un proceso simbiótico a través del cual nosotros podemos disfrutar o podemos sufrir según ustedes; mis lectores elijan.

Morir es renacer. Cuando tu voluntad está puesta en ello, sólo es cuestión de tomar la decisión y avanzar hacia una nueva historia.

Algo que pude aprender de leer tantas historias sobre los griegos y los romanos de las épocas clásicas, es la búsqueda de la inmortalidad pero a través de las acciones heroicas. De las vidas épicas. Aunque para la historia todas esas acciones se enfocaban más a la forma de resaltar durante las batallas y las guerras entre los pueblos y las naciones por motivos políticos. Poco a poco la historia se ha ido modificando y hoy han quedado plasmados en ella; nombres de personas que lograron hazañas, en diferentes ámbitos. Desde lo deportivo Hasta lo médico y lo científico, pasando por lo artístico y lo filosófico, entre otros. Pero algo que les puedo asegurar es que estas personas también tuvieron que pasar por momentos de catarsis momentos dónde para conseguir sus metas, tuvieron aveces que tirarse al suelo y entender su fragilidad.

Morir no sólo es abandonar un cuerpo. Morir, pero morir de a deveras es limitarte por miedo o por incertidumbre a vivir y no aprovechar el tiempo de existencia que tenemos.

La vida y la convivencia con las demás personas; a veces nos llevan por caminos difíciles, que nos ayudan a conocernos. Nos ayudan a conocer la fortaleza de nuestro espíritu y nos ayudan a aprender que: “siempre podemos continuar por muy difícil que parezca la situación”. Yo me dije aquella vez recuerda, que los diamantes solo se producen a través de la presión. Saque las lagrimas que necesitaba sacar, me puse de rodillas, traté de hacer oración, Pero me quede dormido. Después hubo otro día y otro más después del siguiente.

En la vida como en la guerra, no siempre podemos ser fuertes; ser débil o mostrarte débil; es parte de la estrategia para la supervivencia. Hay momentos en los que uno siente ganas de llorar y quebrarse en pedacitos. Es allí donde debemos permitirnos ser blandos y llorar. Llora con entrega y con pasión hasta que te canses de llorar y empieces a sentir que es absurdo estar llorando. Te sentirás libre y renovado.   

Yo no sé exactamente por los momentos difíciles que tú estás pasando. Pero sé que todos estamos librando batallas personales y también que hay personas cercanas a las cuales les tengo mucho cariño y están pasando por momentos difíciles y solo les puedo decir por mi experiencia que “la vida es guerra”.  Debemos aprender de cada experiencia, que los días nos regalan. Para seguir creyendo en la fuerza del amor y continuar.

Francisco Javier Garrido

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