Ya en alguna ocasión te hablamos de las propiedades nutricionales del pulque, mismas que la han valido la expresión “le falta un grado para ser carne”. Si no las recuerdas, debes saber que esta bebida contiene aminoácidos, vitamina C, complejo B, proteínas y probióticos.
De hecho, el consumo moderado de la llamada “bebida de los dioses” aporta grandes beneficios al organismo, como proteger la flora intestinal, genera un efecto diurético, reduce el insomnio y combate la anemia.
Si ya te has convencido de beber pulque, deberías conocer su proceso de elaboración y lanzarte a Hidalgo y visitar las regiones del Valle del Mezquital y Apan, dedicadas a la producción de esta bebida.
De hecho, debes hacer un recorrido conocido como Ruta del Pulque, y que está integrado por 12 haciendas en las que puedes conocer la tradición y misticismo que rodea a esta bebida que tuvo su época de oro durante el Porfiriato.
En la Ruta del Pulque puedes ser testigo de cómo se extrae el aguamiel del maguey, y el proceso de fermentación de ésta en un tinacal.
Además, podrás conocer a detalle la historia de esta bebida, cuyo origen se remonta a la época prehispánica, cuando la diosa Mayahuel se introdujo en el corazón del maguey, por lo que es su sangre la que brota de la planta como aguamiel.
Pero eso no es todo, cada hacienda tiene su propia oferta turística. Por ejemplo, en la de Santiago Chimalpa, cuenta con una capilla, cuya fachada fue diseñada por Antonio Rivas Mercado, el mismo arquitecto responsable del Ángel de la Independencia, de la Ciudad de México.
Y si de arquitectura hablamos, debes visitar las haciendas de San Marcos, en Epazoyucan; Santa María Tecajete y San Bartolomé de los Tepetates, en Tepeapulco, en ellas podrás apreciar algunos de las estructuras mejor conservadas del siglo XVI.
Obviamente, al hacer estos recorridos podrás probar los diferentes sabores de esta bebida sagrada y de la excelente gastronomía hidalguense.
¡No esperes más y lánzate a la Ruta del Pulque!