Es común que lleguen a mi consultorio papás muy preocupados porque en la escuela los maestros le dijeron que creen que su hijo es “hiperactivo”. Casi siempre me dicen cosas como: se la pasa jugando, no hace caso, se distrae viendo la tele, no quiere hacer sus tareas, va reprobando, etc.
Si bien, muchas veces es cierto que el niño en cuestión se distrae fácilmente, la mayoría de los que han llegado a mi consultorio tienen en la actualidad un “mal” menos entendido que la hiperactividad: infancia.
Me refiero a la infancia como un mal porque me ha tocado ver que hay mucha exigencia hacia los niños con respecto a cómo comportarse. Actualmente ser niño significa tener que cumplir con las tareas escolares y de la casa casi en excelencia, sin jugar porque las cosas son serias.
Hemos olvidado que los niños aprenden principalmente jugando, y peor aún, hemos dejado de ver al juego como un recurso.
Si algo puedo decir es que si tu hijo no te hace caso, no quiere hacer las cosas que le pides, no cumple con la escuela y es “rebelde”, lo más probable es que tenga que ver contigo. Y con esto no estoy diciendo que seas mal padre o mala madre, no hay padres perfectos. Solamente algunas veces los adultos olvidamos que tenemos un impacto en los demás, y esto incluye a nuestros niños.
Si tienes duda sobre si tu hijo tiene hiperactividad… o si sólo es un niño, te recomiendo que acudas con un especialista para que te apoye a apoyar a tu hijo y a darle una infancia bonita y disfrutable.