En términos general, un perro es como un niño pequeño. El olfato y el gusto son sus herramientas básicas para conocer el mundo, así que suelen llevarse a la boca cualquier cosa que encuentran a su paso.
Lo mismo son huesos, que comida, juguetes o basura, todo va a parar a su hocico. Y el problema no es que se lo coman, sino que muchos de estos objetos pueden quedarse atascados en la tráquea, impidiéndoles respirar.
Lo ideal sería que tu mascota no tuviera acceso a ninguna de estas cosas, pero simplemente es imposible vigilarla todo el tiempo. Basta un descuido para que su vida esté en riesgo. Por ello creemos que es importante que aprendas primeros auxilios y sepas como aplicarle la maniobra de Heimlich.
Así como hay toda una serie de pasos a seguir cuando un bebé y un adulto están asfixiándose, también existe una maniobra de Heimlich exclusiva para perros y gatos. Si no la conoces, no te preocupes. Esto es lo que debes hacer:
- Calma. Sabemos que es difícil, sobre todo por qué se trata de tu mejor amigo, pero debes mantener la calma y tratar de relajar al animal. Si te muestras ansiosa, el perro se pondrá más nervioso y aspirará más fuerte. Esta inhalación hará que el objeto se atore más en su aparato respiratorio.
- Mano. ¡Jamás, bajo ninguna circunstancia, metas la mano en su boca para tratar de extraer el objeto! No sólo no lograrás sacarlo, sino que bloquearás más la entrada de aire, sin olvidar que el perro puede morderte.
- Piernas. Levanta las patas traseras de tu perro, para favorecer la salida del objeto atorado. En cuanto las hayas levantado, sostenlas entre tus piernas, de tal manera que el tercio trasero de tu mejor amigo quede suspendido. Si la gravedad no ayuda a que el objeto caiga por sí mismo, puedes cargar a tu perro, tal como si fuera un bebé. Abre sus patas delanteras para favorecer el espacio en sus vías respiratorias.
- Presión. Localiza el final de la caja torácica de tu perro y abrázalo ejerciendo una ligera presión. Esto debe de ayudarlo a expulsar el objeto con el que está asfixiándose; sin embargo, debes tener mucho cuidado al realizar este movimiento, pues si presionas su estómago, harás que vomite. El problema es que la comida bloqueará más sus vías respiratorias.
En caso de que ninguna de estas técnicas funcione, debes llevar a tu perro con el veterinario lo antes posible. Él empleará unas pinzas para extraer el objeto que le impide respirar.
Lo más importante es que mantengas la calma y actúes rápidamente.