Como en el Museo del Papalote: toca, juega y aprende, parte de una buena sesión de sexo con tu pareja o detalle en curso puede enriquecerse en sensaciones, donde el orgasmo sea el rey de la noche y su gran coronación: ¡segundas rondas continuas!
Date
Prepárate para esa noche, conociendo tu cuerpo a fondo; sáltate los tabúes milenarios e impuestos por la sociedad desde hace milenios telarañosos y sin importar tu edad ¡date!
Date placer, auto complace tus instintos más ocultos y sobre todo, conoce tu cuerpo para que sepas por dónde darle camino a tu pareja. Será la mejor forma de contar con un mapa de tu cuerpo, de ser consciente de él y compartir con tu pareja tus más profundas necesidades sexuales.
Explora
Una vez llegada la oportunidad y el gran momento de estar con tu pareja, explora todo el terreno, conoce cuáles son sus puntos “débiles”, recorriéndola de pies a cabeza, jugando con cada parte de tu cuerpo y con tu creatividad.
Recuerda que como buen viajero, la relajación y la respiración incentivarán que tu mente y tu cuerpo se abran a nuevas ideas, donde tus dedos esculpan los deseos más profundos de tu pareja, preparándola para experimentar diferentes orgasmos que, de poco en poco y de piel a piel, acaricien en suspiros las zonas menos exploradas.
Cultiva
Si quieres aumentar el placer de tu chica o ayudar a tu chico a que en el acto sexual ambos alcancen el orgasmo, cultiven la pasión mutua, masturbándose, estableciendo un amor sanador, donde la libertad de decir que sí o negarse al acto entero sexual, no deje a uno en la cumbre y al otro en un solitario y frío encuentro.
¿Listos? ¡Fuera!
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