Sé que en bastantes ocasiones te han pasado muchas cosas, algunas tal vez tan desagradables, que has llegado a pensar que traes el santo volteado o de cabeza, por lo que estás con los nervios de punta pues no sabes si en el próximo paso que des, las nubes negras cubrirán tu cabeza y te lloverá sobre mojado; no obstante, es importante aclarar que hay períodos en los estos hechos se suceden uno tras otro y esas rachas duran de manera indistinta.
Aunque bien sabes por experiencia, que llegan a causar un estrés galopante y angustia, por lo que quiero compartir contigo, que es absolutamente necesario que cuando eso te suceda suprimas los pensamientos negativos o las frases sentenciosas sobre tu destino inmediato, es decir, evita pensar y decir lo siguiente:
- Todo me sale mal.
- Ya nada más falta que me caiga un rayo.
- Tengo semanas en las que nada me funciona.
- ¿Y si me asaltan?.
- ¿ Y si me despiden del trabajo?.
- Ojalá no me enferme.
- Estoy salado.
- Ya me caí, nada más falta que me rompa la pierna.
- Me van a presentar a un chico (a), pero así como ando seguro ni le gusto.
- No me alcanza ni para una torta del chavo.
Y puedes encontrar más frases como esas, que se vuelvan decretos que tú mismo al desear que no sucedan, al expresarlo de viva voz lo estás llamando, y haces entonces que pasen tan rápido como el rayo y que no te salve ni la medalla de San Benito. Debes estar consciente de que si llevas por delante el escudo de pobre de mi y repites todo el día lo mal que te ha tratado la vida, etc., estás más expuesto a que te sucedan todo tipo de acontecimientos que te hacen más difícil el creer que puedes salir de ese remolino energético que te ha llevado a considerar que llevas la mala vibra por delante.
Tienes que ayudarte un poco y empezar a controlar tus pensamientos, a seleccionar lo que te daña cavilar porque por consiguiente lo atraes, así que date un tiempo para que en el caso de que te suceda algo que tú consideras que no es positivo en tu vida, te repitas una y varias veces que es para bien y que en su momento podrás ver la luz detrás de esa experiencia, y lograrás darle un nuevo giro a tu vida con esa oportunidad que se te presentó.
El hecho es que estés completamente consciente que no es el santo el que está de cabeza, pues tú puedes cambiar las cosas en positivo y verlas desde otro ángulo; recuerda que quien se engancha a los incidentes y experiencias de dolor o temas semejantes seguirá acarreando lo mismo, el compadecerse y tirarse el piso para que te levanten tampoco es una opción donde exista el amor y la energía creadora, por el contrario, se convierte en una vorágine de la que solo tu conciencia en pleno ejercicio te permitirá salir de ahí.
Ya dale vuelta al Santo y cambia tu vida.
Que tengas una bendecida semana.
Georgette Rivera
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