Seguramente has escuchado la palabra swingers en varias ocasiones, pero… ¿sabes realmente en qué consiste esta práctica sexual?
El swinging surgió en la década de los ’60s, durante la revolución sexual, y actualmente es una práctica bastante socorrida entre quienes tienen relaciones estables. El objetivo es tener sexo con otras parejas, pero no todos juntos, como en una orgía, sino que intercambias a tu marido (novio o lo que sea) por el de alguien más, y mientras están en los suyo, tu peor es nada está con alguien más.
En palabras legibles, es una infidelidad consensuada. Lo que diferencia a los swingers de quienes tienen una relación abierta, es el hecho de que la pareja elige en conjunto con quienes tendrán encuentros sexuales y siempre es con otra pareja que tenga una relación estable.
Por ahora, se conocen tres métodos para encontrar parejas con las cuales hacer el intercambio:
- Espontáneo. Pueden conocer a la otra pareja y darse cuenta que tienen los mismos gustos y aficiones. No hay nada planeado previamente.
- Fiestas. Aunque no lo creas, existen clubes swingers en los que se organizan fiestas para que las parejas vayan con el único objetivo de encontrar el intercambio de pareja.
- Internet. Por supuesto, también existe foros, grupos y páginas dedicadas específicamente para los aficionados a este estilo de vida. En ellos puedes buscar a alguna pareja afín a la tuya y programar el encuentro.
Los swingers aseguran que su estilo de vida les ha permitido mantener su relación viva y estable, pues tienen la oportunidad de explorar su sexualidad con otras personas, pero con el consentimiento del ser amado.
Sin embargo, para adoptar esta práctica sexual necesitas algo más que el deseo de explorar cosas nuevas, sino mucha confianza en tu pareja y una buena autoestima. En la teoría, los celos no están permitidos entre quienes practican el swinging, pero siempre existe el riesgo de que te sientas amenazada por lo bien que la pudo haber pasado tu marido con alguien más.
Ello sin mencionar que, en ocasiones, uno de los integrantes de la pareja no está de acuerdo con el intercambio, pero acepta para complacer a su ser amado. Por supuesto, el resultado es el mismo que se quiso evitar: el divorcio.
No podemos decirte si está bien o mal el swinging, pues cada quien vive su sexualidad como mejor le parezca, pero sí creemos que antes de tomar una decisión, analices todos los escenarios y posibles consecuencias. Considera el sentir de tu pareja, y sólo entonces sabrán si esta práctica es para ustedes o no.
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