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El cofre de tesoros que todos nos llevaremos al viaje eterno…
Hace muchos años me encarcelé voluntariamente, siguiendo al que entonces era mi esposo, en el CERESO de la Mesa en Tijuana, Baja California. Lo que yo les pueda contar de ese lugar se queda corto con lo que en realidad era… Estar presa ahí me hizo crear espacios mentales donde yo me pudiera sentir segura…