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EL SÍNDROME DE LA MUJER MARAVILLA
¡Ah! Qué tiempos aquellos en los que un solo Hombre mantenía su casa, y la mujer elegida por él, se ocupaba de atender y nutrir el hogar. Una mujercita que atendía sus quehaceres limpiando aquí, sacudiendo allá, barriendo acullá. Preparando los sagrados alimentos y haciendo los deberes escolares con sus hijitos todas las tardes.…